La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló el miércoles que espera que el covid-19 y la viruela del mono dejen de ser emergencias de salud pública en 2023, ya que ambas enfermedades han dejado atrás su fase más peligrosa.
Cuando se acerca el tercer aniversario de la aparición del coronavirus, la OMS indicó que el covid-19 está para quedarse pero deberá gestionarse junto a otras enfermedades respiratorias.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó que la cifra de muertes semanales por covid-19 era en torno a una quinta parte de la de un año antes.
“La semana pasada, menos de 10.000 personas murieron (a causa del covid). Aún son 10.000 muertes de más y los países aún pueden hacer mucho para salvar vidas”, dijo en rueda de prensa.
“Pero hemos recorrido un largo camino. Tenemos la esperanza de que en algún momento del año que viene seamos capaces de decir que el covid-19 ya no es una emergencia de salud global”.
El comité de emergencia de la OMS, que asesora a Tedros en sus declaraciones de emergencias de salud pública de interés internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés), comenzará a discutir cómo será el final de la fase de emergencia cuando se reúna en enero.
Maria van Kerkhove, que lidera la parte técnica de la gestión del covid en la OMS, dijo que el comité analizará la epidemiología, las variantes y el impacto del virus.
Aunque todavía se esperan olas de contagios, la pandemia “no es lo que era al principio” y las infecciones ya no generan tantas hospitalizaciones ni muertes, indicó.
“Estas muertes ocurren en su mayoría entre personas que no están vacunadas” o no han recibido la pauta completa de inmunización, añadió Van Kerkhove.
Si bien se han administrado 13.000 millones de vacunas en el mundo, alrededor del 30% de la población todavía no ha recibido una sola dosis, agregó.
Investigar el origen
Casi 650 millones de contagios confirmados y más de 6,6 millones de muertes han sido reportados a la OMS, aunque la agencia de la ONU reconoce que la cifra real es mucho más elevada.
Para Tedros, ahora que el mundo vislumbra el final de la emergencia sanitaria, es necesario entender cómo empezó la pandemia, que hundió la economía global y ha dejado a millones con síntomas persistentes.
Los primeros casos se detectaron en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan.
“Continuamos pidiendo a China que comparta los datos y lleve a cabo los estudios que hemos solicitado para entender mejor los orígenes de este virus”, dijo.
“Todas las hipótesis siguen sobre la mesa”, añadió, incluida la teoría de que el virus escapó de un laboratorio de virología en Wuhan.
El director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, justificó que la organización no podía simplemente dejar de trabajar con Pekín porque “no están cooperando” en esta investigación, dado que una importante parte de la población mundial vive en China.
Esperanza de nuevas vacunas
Tedros explicó también que “este virus no marchará”.
“Está aquí para quedarse y todos los países tendrán que aprender a lidiar con él, así como con otras enfermedades respiratorias”, recordó.
La directora de vacunas de la OMS, Kate O’Brien, dijo que los fármacos disponibles por ahora no previenen la infección al nivel que habían esperado.
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“El beneficio de estas vacunas es mayoritariamente sobre la protección ante la enfermedad”, dijo O’Brien, que pidió más investigación.
“Nos encantaría tener vacunas que sean más efectivas contra la infección y la transmisión y que ofrezcan una protección más duradera”, agregó.
En cuanto a la viruela del mono, Tedros dijo que el brote los pilló por sorpresa, pero confía en dar por terminada la emergencia en 2023.
Aunque se reportaron más de 82.000 casos en 110 países, solo 65 fueron mortales.
“Por suerte, el número de casos semanales ha caído en más de un 90%” desde julio, dijo. “Si continúa esta tendencia, tenemos la esperanza de que el próximo año también podamos declarar el fin de esta emergencia”.