Los preparativos para la plenaria están en marcha.

Paradójicamente, el morbo está centrado en quien los encabeza para poner en orden la agenda del Senado y aprobarla los días 30 y 31 de enero para el próximo período ordinario de sesiones.

Hace un par de meses muchos veían a Ricardo Monreal no nada más lejos de Palacio Nacional, sino fuera del partido oficial y por lo tanto sin posibilidades de prolongar su liderazgo.

Pero ha sobrevivido y de momento ha pausado sus aspiraciones presidenciales y logrado atenuar tanto las presiones desde el Gobierno como los ataques de las corcholatas.

En esto han influido muchos hechos, en especial dos sorpresivas votaciones para defender la soberanía del Poder Judicial y la autonomía del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

En el primer caso seis ministros no se dejaron intimidar y auparon a la primera mujer presidenta de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal: Norma Lucía Piña, para romper la dependencia del Ejecutivo.

En el segundo los magistrados tampoco aceptaron influencias externas, impidieron el registro de una emisaria inelegible y nueve de los once respaldaron en primera ronda a Guillermo Valls Esponda.

ALUD DE PENDIENTES

Hoy el panorama es distinto.

Aquellas elecciones se vieron como un rechazo abierto a las imposiciones de Palacio y la pregunta es si se agregaría otra desestabilización con cambio de liderazgo en el Senado.

Ciertamente el respaldo presidencial expresado el 20 de diciembre –“Monreal debe seguir”- fue registrado por los 60 senadores de Morena y sus adláteres del Verde y del PT.

Pero vienen temas trascendentes para el período ordinario de sesiones febrero-mayo, del mayor interés para el Ejecutivo federal, y no pueden ponerse bajo riesgo en manos inexpertas.

Además de leyes y reformas -dos de éstas constitucionales-, está una gran cantidad de nombramientos de altos funcionarios y se necesita una mano conciliadora para asegurar los votos propios y, como ha sucedido en todos los casos, sumar de la oposición

Hasta ayer había 73 ratificaciones pendientes -anoche sacaron el nombramiento de Carlos Joaquín- y no menores: magistrados de tribunales electorales, vocales del IPAB, consejeros de órganos autónomos, un consejero de Pemex…

Esta operación política no puede ponerse en manos de cualquiera.

LA PRESIONES SIGUEN

Pese a todo, los amagos contra Ricardo Monreal son constantes.

Ha ido a todas las plenarias, desde su elección inicial en agosto de 2018, con pares interesados en competirle la coordinación: Martí Batres, César Cravioto, José Antonio Álvarez Lima…

Ante la formación de bloques para destituirlo, el de Fresnillo ha respondido con el apoyo casi absoluto de senadores morenistas y, tras los ataques de Layda Sansores, 87 de todos los partidos.

La tendencia desestabilizadora podría reaparecer y 30 y 31 de enero el reto será conciliar durante la plenaria para enfocar esfuerzos en las reformas y los nombramientos pendientes.

Terminado el período ordinario de sesiones los términos podrían cambiar: Monreal deberá repensar su futuro y acaso presentar su solicitud para irse a competir por la candidatura presidencial.

La duda entonces será si por o contra Morena.