Hoy concluye la exposición “Una mirada a El Cuyo” que se lleva a cabo en la Ciudad de México y que, a través de 28 fotografías, muestra la mirada de los pescadores de este puerto pesquero del oriente de Yucatán, pero en breve viajará a Washington, luego se exhibirán en el Senado de la República y después en Mérida.
Muestra fotográfica de pescadores de El Cuyo viajará a Washington
Miguel Rivas, director de la campaña Santuarios Marinos de la agrupación Oceana, explicó que estas fotografías son resultado del taller “El mar a través de tus ojos”, impartido por la agrupación.
Las 28 fotografías se pusieron a la venta en la expo, de las cuales ya se comercializaron 26 y los recursos serán donados a la Cooperativa de Pescadores de El Cuyo para apoyar la creación de una Zona de Refugio Pesquero.
Las fotografías expuestas llevan títulos como A la sombra, Al amanecer, Banderillas, Cables Cruzados, Colores de El Cuyo, Comienzos, El abuelo, El muelle, entre otras.
Pero la exposición continuará del 6 al 10 de febrero, pero en Washington, en el Hyatt Regency Chesapeake, posteriormente en el periodo ordinario de sesiones la exposición estará en el Senado de la República y después viajará a Mérida,
Recordó que El Cuyo es una pequeña comunidad que alguna vez fue rica en pepino de mar y luego de la sobreexplotación lo perdió y cuando estaba en auge, incluso, llegaba gente de otros lugares a pescar, también provenientes de China llegaban grandes barcos, pero a la larga se acabó con la especie.
Después de esta experiencia, la comunidad tiene la intención de proteger las diferentes especies y la intención es que se pueda crear una Zona de Refugio Pesquero, iniciativa a la que se sumó Oceana y fue cuando surgió la idea de hacer talleres de fotografía.
“Pedimos la ayuda de docentes de la comunidad y autoridades locales, colocamos carteles en el centro de salud y la escuela primaria, comenzamos a compartir a través de WhatsApp una invitación a un taller de fotografía.
La noticia corrió a través de medios locales como el perifoneo, donde una bicicleta recorre el pueblo con un megáfono dando avisos, uno de ellos era la fecha y hora del taller”, expuso.
La intención es que la gente contara sus historias a través de la imagen y ahí surgieron otras historias increíbles, como la de un niño de 10 años que pidió prestado un teléfono móvil para asistir al taller o la mujer que tiene una pequeña tienda en el pueblo y asistió al taller. Se tomaron las fotos, se imprimieron, se enmarcaron y se organizó la exposición en la Ciudad de México.
/David Rico