Mantienen en pie a la casa voladora

La madrugada del 27 de septiembre de 1955, los integrantes de la familia Bellos Sosa se resguardaron del devastador huracán Janet dentro de una casita de madera de estilo anglocaribeño, marcada con el número 8 de la Calzada Veracruz, cuando esta se desprendió de su base y se movió por alrededor de 400 metros, así nació la leyenda de la “Casa Voladora” de Chetumal.

Aunque esta emblemática construcción fue construida en 1951, hace 72 años, y logró resistir el embate del fenómeno meteorológico más destructivo de la época, el tiempo ya hace estragos en su estructura.

Por lo cual, Sonia Bellos Sosa, hija de los propietarios originales Salomón Bellos y Martha Sosa, inició la restauración de esta la vivienda, para lo cual su esposo Alfredo Koyoc Canul compartió parte de la historia de esta construcción, la cual durante el paso del fenómeno fue arrastrada por cuatro cuadras, unos 400 metros, para posteriormente ser devuelta a su ubicación.

“Nosotros seguimos con la tradición de mantener esta casita que representa la historia de nuestro estado, tenemos resguardada la placa, tenemos dos ruedas metálicas que fueron usadas para devolverlas a su terreno original, porque corrió al parque de Los Caimanes”, expresó.

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Mantienen en pie a la casa voladora

Sus propietarios realizan trabajos de rehabilitación para evitar que lo que no hizo un huracán lo haga el tiempo, destruirla, por lo que es necesario darle mantenimiento recurrente para mantenerla en pie, ya que el tipo de madera de la que está fabricada ya no es difícil de conseguir o es demasiado cara.

Dentro de las obras, trabaja un maestro carpintero, quien además es parte de esta leyenda, pues a dos días de que la “Casa Voladora” se trasladara de lugar, nació al interior de esta, ya que era una de las pocas estructuras que estaban en pie y podían dar refugio a una mujer en trabajo de parto.

Koyok Canul recalcó que poco a poco le inyectan inversión a esta vivienda por el cariño que le tienen, para lograr conservarla para la posteridad, pues es una parte muy importante de la historia de la capital de Quintana Roo, por lo que agradeció de parte de la señora Martha Sosa por el aprecio que la gente de Chetumal le tiene a esta leyenda.

Aunque el lugar actualmente no está habitado, esperan que al terminar la rehabilitación se pueda iniciar algún proyecto que genere recursos para su mantenimiento, ya sea a través de la memoria histórica o renta habitacional, para quienes quieran pasar una noche en la casa voladora.

Con información de: 24 Horas Nacional

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