Desde hace mucho tiempo las salsas han sido el secreto de los chefs para agregar ese toque de sabor y sazón que eleva un plato a otro nivel.
A continuación, apuntamos cinco salsas que te vendrán muy bien para sorprender a tus invitados y que podrás hacer de forma casera en tu cocina.
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Salsa Holandesa
Esta deliciosa salsa es un clásico de la cocina francesa. Su textura sedosa y su sabor rico y untuoso la convierten en la compañera perfecta para huevos benedictinos, verduras al vapor y pescados. Para prepararla, necesitarás yemas de huevo, mantequilla derretida, jugo de limón y un toque de sal. La clave está en batir las yemas mientras agregas gradualmente la mantequilla caliente hasta obtener una mezcla suave y brillante.
Ingredientes:
3 yemas de huevo
200 g de mantequilla sin sal
1 cucharada de jugo de limón fresco
Sal al gusto
Elaboración:
En primer lugar, derrite la mantequilla en una cacerola a fuego medio-bajo hasta que esté completamente líquida. Luego, retírala del fuego y mantenla caliente. En un recipiente aparte, bate las yemas de huevo hasta que estén bien mezcladas.
Coloca el recipiente sobre una cacerola con agua caliente, creando un baño maría. Asegúrate de que el fondo del recipiente no toque el agua caliente. Esto ayudará a calentar las yemas de huevo de manera gradual y evitará que se cocinen demasiado rápido.
Mientras las yemas de huevo están sobre el baño maría, continúa batiéndolas constantemente para evitar que se formen grumos. Este paso es crucial para lograr una consistencia suave y sedosa en la salsa.
A medida que bates las yemas de huevo, comienza a agregar gradualmente la mantequilla derretida en un flujo constante. Es importante verter la mantequilla lentamente mientras sigues batiendo para emulsionar correctamente la salsa.
Una vez que hayas incorporado toda la mantequilla, agrega el jugo de limón y sigue batiendo hasta que la salsa tenga una consistencia suave y brillante. La adición del jugo de limón no solo añade un toque de acidez, sino que también ayuda a equilibrar los sabores.
Por último, sazona la salsa holandesa con sal al gusto. Prueba y ajusta la cantidad según tus preferencias, esta es una de las salsas más especiales.
Salsa Barbacoa
Originaria de Estados Unidos, esta salsa es un verdadero símbolo de la cocina americana. Su combinación de sabores dulces, ahumados y ligeramente picantes la convierten en el acompañamiento ideal para carnes a la parrilla, costillas y pollo
Ingredientes:
2 tazas de salsa de tomate
1/4 taza de azúcar moreno
1/4 taza de vinagre (puede ser de sidra, vino tinto o blanco)
2 cucharadas de salsa Worcestershire
2 cucharadas de mostaza (preferiblemente mostaza de Dijon)
2 cucharaditas de pimentón
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de cebolla en polvo
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de pimienta negra molida
Opcional: salsa picante al gusto (salsa de chile, tabasco, etc.)
Elaboración:
En una cacerola mediana a fuego medio, combina la salsa de tomate, el azúcar moreno, el vinagre, la salsa Worcestershire y la mostaza. Mezcla bien todos los ingredientes hasta que estén completamente combinados.
Añade el pimentón, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, la sal y la pimienta negra. Estas especias le darán el sabor característico a la salsa barbacoa. Si deseas que la salsa sea picante, también puedes agregar salsa picante al gusto.
Cocina la salsa a fuego medio-bajo durante aproximadamente 15-20 minutos, removiendo ocasionalmente para que no se pegue. Esto permitirá que los sabores se mezclen y la salsa se espese ligeramente.
Una vez que haya adquirido la consistencia deseada, retírala del fuego y déjala enfriar antes de usarla, esta es una de las salsas más populares.
Salsa Pesto
Con el más puro aroma de Italia, la salsa pesto es una explosión de sabores herbales y frescos. El pesto genovés tradicional se elabora con albahaca fresca, piñones, ajo, queso parmesano rallado, aceite de oliva y sal. Esta salsa es perfecta para realzar pastas, pizzas, sándwiches y ensaladas.
Ingredientes:
2 tazas de hojas frescas de albahaca
1/2 taza de piñones (también puedes usar nueces o almendras)
3 dientes de ajo
1/2 taza de queso parmesano rallado
1/2 taza de aceite de oliva virgen extra
Sal al gusto
Elaboración:
En un procesador de alimentos, agrega las hojas frescas de albahaca, los piñones y los dientes de ajo. Procesa los ingredientes hasta que estén bien picados y se forme una pasta espesa.
Añade el queso parmesano rallado al procesador de alimentos y mezcla nuevamente hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.
Con el procesador de alimentos en marcha, vierte lentamente el aceite de oliva virgen extra en un flujo constante. Continúa procesando hasta que la salsa tenga una consistencia suave y homogénea. Añade sal según tu gusto, esta es una de las salsas más usadas en la cocina italiana.
Salsa Teriyaki
La cocina asiática nos ha regalado muchas delicias, y la salsa teriyaki es una de ellas. Originaria de Japón, esta salsa agridulce se utiliza comúnmente en platos de pollo, carne o mariscos. Para hacer tu propia salsa teriyaki, mezcla salsa de soja, azúcar moreno, mirin (vino de arroz dulce), sake (licor japonés) y jengibre rallado. Luego, cocina a fuego lento hasta que la salsa espese y adquiera un brillo caramelizado.
Ingredientes:
1/2 taza de salsa de soja
1/4 taza de azúcar moreno
1/4 taza de mirin (vino de arroz dulce)
2 cucharadas de sake (licor japonés)
1 cucharada de jengibre rallado
Elaboración:
En una cacerola mediana, combina la salsas de soja, el azúcar moreno, el mirin, el sake y el jengibre rallado. Mezcla bien los ingredientes hasta que el azúcar se disuelva por completo. Lleva la mezcla a fuego medio-alto hasta la ebullición. Reduce el fuego a medio-bajo y cocina la salsa durante aproximadamente 10-15 minutos, revolviendo ocasionalmente. A medida que la salsa se cocina, notarás que se espesa ligeramente y adquiere un brillo caramelizado. Esto es indicativo de que la salsa teriyaki está lista.
Retira la salsa del fuego y déjala enfriar antes de usarla.
Salsa de Miel y Mostaza
Esta salsa combina la dulzura de la miel con el sabor intenso de la mostaza, creando un equilibrio perfecto.
Ingredientes:
1/4 taza de mostaza (puedes usar mostaza Dijon o mostaza amarilla)
2 cucharadas de miel
2 cucharadas de vinagre de manzana (opcional)
1 cucharada de jugo de limón fresco
Sal y pimienta al gusto
Elaboración:
En un recipiente pequeño, combina la mostaza, la miel, el vinagre de manzana (opcional) y el jugo de limón. Mezcla bien todos los ingredientes hasta obtener una consistencia suave y uniforme. Prueba la salsa y ajusta la cantidad de miel y mostaza según tu preferencia de dulzura y picante. Si deseas una salsa más dulce, añade más miel. Si prefieres un sabor más picante, agrega más mostaza.
Agrega sal y pimienta al gusto y mezcla nuevamente para incorporar los sabores en la salsa.
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