La segunda ola de recuperación de variedades de vinos ancestrales en peligro de extinción tiene como objetivo mirar al pasado para asegurar un futuro prometedor.

En España se cuenta con un amplio y diverso patrimonio ampelográfico autóctono, que incluye más de 400 variedades de vid registradas. Lamentablemente, muchas de estas variedades han quedado relegadas, olvidadas o incluso están al borde de la desaparición.

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Mengoba Estaladiña 2021
Grégory Pérez, un bordelés con raíces hispanas, ha encontrado su hogar vitivinícola (y vital) en El Bierzo. De su parcela de Estaladiña en Espanillo, nace un magnífico tinto que se fermenta con raspón y se cría con sus lías en depósito de cemento durante aproximadamente 10 meses.
Esta elaboración tradicional, actualizada con técnicas enológicas modernas, forma parte de su proyecto de pequeñas producciones, y logra un perfil aromático singular, complejo y personalísimo.

En este vino, se armonizan las frutas silvestres con notas florales, como la violeta, junto con los balsámicos de las hierbas del campo, y un trasfondo de dulces aromas a bollería y especias.
En boca, destaca su perfecto equilibrio, su sabor intenso y un final prolongado.

El vino de Grégory Pérez es una muestra de su pasión y dedicación por crear vinos únicos y expresivos.
Cada sorbo es un viaje sensorial que revela la esencia del terroir de El Bierzo y refleja la visión artística del enólogo. Este tinto es una joya enológica que deleita los sentidos y nos invita a apreciar la belleza y la complejidad del mundo del vino.
Pirene 2021.

Este vino es el fruto de un proyecto experimental de recuperación de variedades ancestrales, iniciado por la Familia Torres hace casi cuatro décadas.
Se trata de un vino elaborado con la variedad pirene, una uva procedente de la finca de Sant Miquel de Tremp, ubicada en el Prepirineo catalán a una altitud de 930 metros.
Esta variedad ha logrado sobrevivir a la devastadora plaga de la filoxera y ha demostrado una excelente adaptación a las condiciones climáticas extremas de la zona.

Cinco vinos de uvas en peligro de extinción

La elaboración de este vino incluye un proceso de maloláctica en madera, seguido de una crianza de cuatro meses en barrica y fudre de segundo uso.
Su oferta aromática es rica en notas de frutas rojas maduras, complementada con una amplia gama de matices tostados, especiados y hierbas silvestres.
En boca, destaca por su sabor sabroso y fresco, envolviendo el paladar con una suave textura.

Goliardo Espadeiro 2018
En 2005, Rodri Méndez y Raúl Pérez unieron fuerzas para establecer la bodega Forjas del Salnés, con la ambición de rescatar variedades prácticamente extintas de la región de Rías Baixas, especialmente las variedades tintas, lo cual ha sido un desafío significativo.
Sin embargo, los resultados han sido espectaculares, como se evidencia en su vino Goliardo Espadeiro.

Este vino proviene de viñedos de entre 45 y 180 años de edad, ubicados cerca del mar y plantados en suelos arenosos con cantos rodados.
La fermentación se lleva a cabo en barricas abiertas, seguida de una crianza de 12 meses en barricas de 225 y 500 litros.
El aroma es fragante, con notas de frutos silvestres como la mora y la grosella, junto con matices balsámicos y recuerdos de tostados y especias.
En boca, el vino es sabroso y fresco, reflejando la esencia de la tierra, la uva y el estilo personal del autor.
Sumoll 2021
La uva sumoll proviene de viñedos antiguos con más de 50 años de edad, una variedad resistente y de baja productividad que se cultiva en la viña Els Oliverons. El mosto de estas uvas fermenta y madura en botas de castaño, donde reposa durante aproximadamente cuatro meses. El resultado es un tinto elegante y fresco, con una personalidad distintiva.

El vino deslumbra con su impresionante aroma a compota de frutos rojos, acompañado de notas de retama y sutiles toques especiados. En boca, se despliega con amplitud, ofreciendo una textura jugosa y vibrante que envuelve los sentidos. El final se distingue por su sutil carácter salino, dejando una impresión duradera.

Can Rafols dels Caus ha logrado expresar en este vino la esencia del terroir del macizo del Garraf, aprovechando las características únicas de la variedad sumoll y el influjo de su entorno. El resultado es un vino que encarna la elegancia, la frescura y la identidad propia de la región, cautivando a los amantes del vino con su singularidad y refinamiento.
Abadal Mandó 2020

La dedicación y pasión de Valentí Roqueta, enólogo y responsable de la bodega familiar Abadal, es verdaderamente impresionante. Tras el éxito de recuperar la variedad blanca picapoll, ahora se ha propuesto rescatar la tinta mandada a partir de unas pocas viñas antiguas y valiosas.

La meticulosa elaboración enológica, que incluye una crianza de 12 meses en barrica y ánfora de arcilla, aporta una riqueza y textura excepcionales al vino. Este proceso enriquece el perfil único y personal del vino, otorgándole una complejidad notable.

 

El resultado es un tinto con una paleta aromática frutal cautivadora, donde los perfumes florales seductores se entrelazan con notas de sotobosque y frescor balsámico. Además, se percibe un elegante toque de especias y brioche. El vino se presenta estilizado y aparentemente ligero, pero en realidad guarda una profundidad sorprendente. Su final es largo y sensual, dejando una impresión perdurable en el paladar.

Valentí Roqueta ha logrado una vez más demostrar su maestría enológica al rescatar y destacar la variedad tinta mandó. Su enfoque meticuloso y su compromiso con la calidad han dado como resultado un vino excepcional que deleitará a los amantes del vino con su complejidad, elegancia y persistencia en cada sorbo.

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