salvador guerrero
En la capital nacional tenemos la mayor evolución en materia de seguridad de entre las entidades más habitadas de todo el país

El interés por el bienestar, salud y una vida digna y sin violencia para los adultos mayores va en aumento. Los 16 meses que llevamos de pandemia y contingencia sanitaria han dejado cambios sustanciales en nuestra forma de interactuar con otros integrantes de la familia.

El primer efecto de las medidas para contener la propagación del coronavirus se sintió al interior de las familias, que tuvieron que ajustar sus hábitos, la dinámica e incluso la forma como se distribuían dentro del espacio en el hogar.

Al ser los adultos mayores uno de los grupos de mayor vulnerabilidad, dadas las repercusiones en la salud en caso de contagio del Covid-19, fueron los que enfrentaron el confinamiento.

Muchas y muchos tuvieron que modificar su residencia habitual e ir a compartir espacio con hijas e hijos, en una dinámica que implicó transformaciones, pero que también ayudó a visibilizar la problemática de este grupo etario.

Durante la pandemia, las situaciones de estrés, ansiedad o depresión se acentuaron; la salud mental cobró importancia y también se revelaron violencias que antes quedaban detrás de las cuatro paredes de lo privado. Entre esas violencias están las que padecen los adultos mayores.

De acuerdo con los datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, los familiares de esas víctimas incrementaron su participación en el porcentaje de reportes por maltrato o abandono.

Los indicadores de este año apuntan a un incremento del 11.5% en las denuncias realizadas por familiares, en comparación con 2020. El 42% de las denuncias provienen de hijas o hijos, nietos, sobrinos, hermanos y otros integrantes de la familia. El 23% viene de conocidos, vecinos o amistades.

Las cifras revelan la preocupación por el bienestar de los viejos y un avance sustancial en la cultura de la denuncia, que ha permitido activar y acercar a ellos los circuitos de atención necesarios para que su calidad de vida mejore y esté libre de violencia de todo tipo.

Tenemos por delante una nueva realidad que reaviva la esperanza. Estamos en la mayoría de las entidades en Semáforo Epidemiológico Verde, con adultos mayores vacunados y una reactivación económica que avanza.

En la Ciudad de México, incluso, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, comentó que ya no hay impedimento para que este sector de la población regrese a sus actividades laborales, como la de empacadoras y empacadores en tiendas de autoservicio.

Este martes, que se celebra el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez llegamos con una realidad en claro: ellos representan 12% de la población total y sus necesidades tienen mayor visibilidad y atención.

@guerrerochipres