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Las colectivas feministas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) siguen en paro y en diálogo con autoridades para que se cumplan las exigencias de su pliego petitorio, detonadas por la denuncia de violación de una estudiante, como seguridad y atención con perspectiva de género.

A más de un mes del inicio del paro, son dos las exigencias que engloban los puntos del pliego petitorio que aún se discute: la primera se trata del establecimiento de protocolos efectivos para la atención de casos de violencia en razón de género, donde se piden transparencia y reportes periódicos para cada denunciante; reformas a la Unidad de Género y Diversidad Sexual de la UAM, así como a la legislación universitaria.

La segunda es seguridad para las y los estudiantes en los planteles, por lo que se exigió más rutas y horarios de transporte; implementación de botones de pánico en zonas de riesgo y el resguardo de las personas denunciantes.

Al menos en el caso de la unidad Azcapotzalco, las demandas han sido trabajadas con su rector y otros directivos con un avance prometedor que, no obstante, se vio empañado por un ataque porril a las paristas el pasado miércoles.

“Quienes sostenemos el paro, nos encontrábamos en una situación que ponía en riesgo nuestra integridad física, mental y emocional, siendo víctimas de hostigamiento e incluso de amenazas de violación”, declaró a medios una de las estudiantes.

Por esta razón, el movimiento estudiantil decidió entregar las instalaciones de la unidad Azcapotzalco la mañana de ayer, aunque reiterando que no significa el retorno de actividades académicas, administrativas, ni estudiantiles, remarcaron.

Añadieron que “lo ocurrido es un claro ejemplo de la negligencia por omisión de parte de las autoridades, de los crecientes discursos de odio que están siendo constantemente propagados en redes sociales”, por lo que sumaron a sus demandas la identificación y consecuente proceso de los implicados en el ataque.

El paro se dio tras la insuficiente respuesta de las autoridades a la denuncia por violación de una alumna de la UAM Cuajimalpa contra uno de sus compañeros, realizada el pasado 8 de marzo, fecha en que comenzaron a tomar los cinco planteles de la institución.

“Este suceso vino a desmentir el discurso de las autoridades, sobre su compromiso con nosotros. Vino a reivindicar que la organización estudiantil feminista es necesaria. Mis compañeras, compañeros y compañeres me cuidan mejor que esta casa de estudios”.

“Exhortamos a que las autoridades de esta y las demás unidades se pronuncien a favor de nuestra lucha por la vida digna de todas, todos y todes”, apuntó una vocera del conjunto de colectivas.