Adrián Trejo
Adrián Trejo

La divisa del poder
Por: Adrián Trejo
Correo: engranev@yahoo.com.mx // Twitter: @adriantrejo

Las escenas de terror vividas en Culiacán ayer, sólo se habían visto recientemente en Siria o Irak.

Pero ocurrieron en nuestro México, justo cuando la realidad ha demostrado que la estrategia del Gobierno federal de combate a la delincuencia organizada no ha funcionado.

Al cierre de este espacio, sólo se había podido confirmar la captura de un hijo de Joaquín Guzmán, el Chapo, de nombre Ovidio Guzmán López, pero no se confirmó si efectivamente, como se mencionó en medios locales, el Ejército había abatido a otro hijo del líder del Cártel de Sinaloa, Iván Guzmán.

Tres hechos de violencia no vista en los últimos meses han sacudido al país; la emboscada que le costó la vida a 14 policías, en Aguililla, Michoacán; el enfrentamiento de militares contra un grupo de civiles armados, en Iguala, que le costó la vida a 14 presuntos sicarios y a un militar y ayer, Culiacán.

¿Hubo cambio en la estrategia? ¿El gobierno ya entendió que no es con abrazos ni chanclazos como se va a pacificar el país?

Si de suyo el enfrentamiento en Iguala ÔÇôque ahora se investiga como si se hubiera tratado de una ejecución, como en Tlatlaya-, permite prever la radicalización de estos grupos, lo ocurrido en Culiacán generará un baño de sangre.

El Cártel de Sinaloa dejó claro ayer que no iban a perdonar la captura de los hijos “del jefeÔÇÖÔÇÖ, por lo que es previsible el choque con las fuerzas armadas.

Pero también, dentro de los propios cárteles, hay pugnas y revanchas en contra de quienes piensan que “pusieronÔÇÖÔÇÖ a los hijos del Chapo al alcance de las fuerzas federales.

Confirmada la captura de el hijo del Chapo, de nombre Ovidio, habrá que reconocer el hecho como un triunfo de este gobierno, “haiga sido como haiga sidoÔÇÖÔÇÖ.

Si se confirma el abatimiento del otro hijo, pues a esperar las reacciones de los grupos que le siguen siendo fieles al Chapo, preso y condenado de por vida en una cárcel de Estados Unidos.

Algo cambió en la estrategia, no sabemos si por órdenes del Presidente o si fue un cambio espontáneo ante la rencorosa realidad.

Si el cambio fue ordenado o inducido por las circunstancias, lo único que deseamos es que sea para bien del país.

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Por cierto faltan 4 días para que se cumpla el plazo de 6 meses que pidió el presidente López Obrador para que comenzara a reflejarse su estrategia de seguridad en los índices diarios de delitos.

Eso no ha ocurrido por lo hechos mencionados arriba y otros que han merecido menos atención mediática.

López Obrador pidió el plazo de seis meses porque, en ese entonces, no habían aterrizado los apoyos sociales para “ninisÔÇÖÔÇÖ ni para adultos mayores ni otros.

Entonces dijo que en cuanto los jóvenes recibieran el dinero de sus “becasÔÇÖÔÇÖ de 3,200 mensuales ya no tendrían incentivos para seguir delinquiendo.

No ha ocurrido y no ocurrirá así, según lo visto hasta ahora.

Ya saldrán los seguidores del Presidente a recordar que “heredó un país en ruinasÔÇÖÔÇÖ, pero ya casi se cumple un año de su toma de posesión y el discurso se desgastó.

Al final de cuentas, fue el propio Presidente quien en su campaña y luego ya con el poder en la mano fijó los plazos para evaluar sus estrategias.

Y como está la violencia, no parece viable que ni en los tres años que pide Durazo se vaya a resolver.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.

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