Une el turismo

En las últimas cuatro décadas, la península de Yucatán ha vivido grandes transformaciones relacionadas con el desarrollo turístico.

En los años 70 del siglo XX, Cancún representó el primer experimento del estado mexicano como uno de los grandes proyectos de turismo masivo de sol y playa, que continúan desarrollándose hasta nuestros días.

En las décadas posteriores, bajo políticas neoliberales y nuevas formas de desarrollo del capitalismo surgen nuevos modelos de producción y consumo, que dan origen a un mercado más diversificado y competitivo.

Es precisamente en este contexto que la ola de expansión turística se extendió de Cancún hacia todo el litoral quintanarroense, dando origen a la Riviera Maya, al mismo tiempo que se expandió hacia otras partes de la península de Yucatán.

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Une el turismo a las entidades de la península

Ciudades, poblados y pequeñas comunidades, tanto de la costa como del interior de las entidades, se han integrado al mercado del excursionismo imprimiendo nuevos significados y valoraciones a su patrimonio tanto natural como cultural.

Surgen nuevos patrones de economía local sujetos a procesos de inversión de capital, apropiación territorial, modificación del acceso a los recursos naturales y migración interregional, que influyen de manera decisiva en la reconfiguración de la sociedad.

PROYECTOS

En el presente, la península de Yucatán es motivo de diversos planes de desarrollo que contemplan como eje central al turismo, como convenios internacionales como Organización Mundo Maya, a través del cual el sureste de México se integra como territorio con otros países como Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras.

También, la consolidación del Caribe Mexicano mediante la proyección de Cancún, la Riviera Maya y la llamada Costa Maya en el sur de Quintana Roo, como espacios de comercialización turística y principal destino del turismo internacional en el país. Otro más es el fomento de Cozumel y Mahahual como importantes destinos de cruceros a nivel mundial, el diseño de circuitos coloniales y arqueológicos a lo largo y lo ancho de los estados o bien, la amplia promoción de Mérida como principal centro cultural y Chichén Itzá como capital cultural del mundo maya.

A todo esto, se agrega la sorprendente expansión de haciendas henequeneras habilitadas como hoteles boutique y los innumerables proyectos asociados a los cenotes en Yucatán; y en general, la infinidad de planes de ecoturismo que proliferan en las pequeñas comunidades de las costas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

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En la actualidad, los tres estados que componen la península yucateca se constituyen como uno de los principales destinos del turismo internacional.

En primer lugar, Quintana Roo posee una infraestructura de más de 108 mil cuartos de hotel, recibe poco más de 15 millones de turistas internacionales anuales (hasta antes de la pandemia) y genera 3 mil 689 millones de dólares, lo que representa más del 30% de las divisas que ingresan a México por este concepto, según la Secretaría del ramo en el estado (Sedetur).

Yucatán cuenta con poco más de 13 mil habitaciones y recibe cerca de 2 millón 575 mil turistas, mientras que Campeche ofrece 8 mil 500 habitaciones y recibe poco más de un millón 500 visitantes; en ambos casos, la mayor parte nacionales.

En este contexto, progresan diversos proyectos turísticos tanto en la costa, como en las ciudades y el ámbito rural, mismos que cobran cada día mayor relevancia en la orientación y planificación de las economías estatales.

Al futuro inmediato se sumará que las tres entidades compartirán la ruta del Tren Maya, proyecto emblemático de la actual administración federal que busca, entre otros objetivos, dinamizar el turismo integral en la región.

TEMA DE ESTUDIO

Todo esto conforma un escenario complejo que impone un gran reto a los investigadores interesados en estudiar, explicar e interpretar las condiciones y la dinámica de la sociedad que prevalece.

En este sentido, el turismo es sin duda un tema obligado y omnipresente como una importante fuerza de la globalización, que refiere a múltiples procesos tanto de desarrollo económico y dependencia, como de cambio social y cultural.

Así lo refiere el estudio titulado Turismo, globalización y sociedades locales en la península de Yucatán, México, elaborado por Gustavo Marín Guardado, Ana García de Fuentes y Magalí Daltabuit Godás.

Al mismo tiempo ofrece la oportunidad para la comprensión de procesos complejos relacionados con las políticas de desarrollo, la formación de nuevas territorialidades y formas de identidad, y la posibilidad de entender la relación entre lo local y lo global; es decir, grupos locales en un contexto de configuraciones y la globalización vista desde las localidades, y por supuesto la relación que entrañan estos dos niveles.

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