La comunicación debe ser un ejercicio transparente, consideró Carlos Orvañanos Rea, quien desde hace tres meses es el responsable de la comunicación social del Gobierno de Quintana Roo; es el vocero de una administración que se encuentra en su última etapa de mandato.
Ha conjugado su vida entre el emprendimiento, la formación académica y la política. Nació en la Ciudad de México, en donde se inició a los 26 años en el sector público, suceso que destaca por haberlo hecho, pese a lo joven y la falta de experiencia política, a nivel federal: en la Oficina de la Presidencia de la República.
Ha cursado dos licenciaturas y tres maestrías. De 2009 a 2012 gobernó la entonces delegación de Cuajimalpa. Fue aspirante a jefe de Gobierno de la Ciudad de México y más recientemente a diputado local por Cancún.
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— Comunicación Quintana Roo (@ComunicacionQR) September 27, 2020
Pregunta: Empecemos por el principio, ¿cómo fue tu infancia?
Respuesta: Nací en Cuajimalpa, Ciudad de México, en 1980, hace ya 40 años. Mi infancia fue muy tranquila. Durante la primera etapa de mi vida viví en la misma casa, en la misma colonia; una vida tranquila, modesta, familiar. Creo que si algo me ha dado la seguridad en mí mismo fue seguramente por provenir de una familia integrada, con papá, mamá y hermanos, funcional.
El trabajo en casa era el ejemplo a seguir. Tanto mi papá como mi mamá siempre trabajaron. Mi papá emprendió varios negocios y mi mamá estudió historia y fue maestra de primaria y secundaria en distintas escuelas públicas y privadas. Tuve el privilegio luego de estudiar en buenas escuelas: en la UNAM y en la Libre de Derecho y de manera simultánea.
P: ¿Es en la universidad donde te nace el interés por la política?
R: Yo creo que desde antes. Mis dos abuelos estaban muy metidos en la vida pública del país. Del lado de mi abuelo paterno, Jorge Orvañanos Zúñiga, llegó a ser presidente de la Coparmex. Del lado de mi abuelo materno, él estuvo un tiempo como servidor público en Chiapas: fue tesorero, senador suplente. La influencia o el interés por la vida pública viene desde niño.
Recuerdo que en cada Informe de Gobierno de los presidentes, mientras mis primos jugaban, yo me quedaba viendo el programa y con mis abuelos a escuchar sus comentarios. Desde ahí tuve la semillita y conforme fui creciendo, fue madurando hacia un interés con el servicio público y la política. En la prepa y universidad me meto más de lleno a la política estudiantil, a los 15 me afilio a Acción Nacional por invitación de un primo.
P: Estudiaste la universidad, por un lado, en la Facultad de Economía de la UNAM, que es una escuela pública, caracterizada por su interés social y apego a la izquierda, y por otro, en la Libre de Derecho, una más conservadora, institucionalista…
R: Mi formación siempre ha sido entre estos dos mundos: el mundo más de derecha, empresarial, del sector privado, católico, que viene incluso del lado de mi papá; y el mundo más social, de izquierda, que viene de mi mamá, que estudió también en la UNAM. Tengo estas dos influencias y creo que ambos mundos tienen temas en común, porque de ambos lados siempre se busca el bien común, el ayudar al país. Creo que hoy ese conocimiento empírico de conocer tanta gente tan diversa, me ha dado la capacidad de entender y saber escuchar y platicar con todos los mundos: con empresarios, académicos, con los movimientos sociales y eso es lo que me gusta a mí.
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P: Llegas muy temprano a la vida pública, a la política, con apenas 26 años ya estabas en Los Pinos. ¿Cómo fue tu incursión?
R: En 2006 me vinculo a la campaña del entonces candidato del PAN a la Presidencia, Felipe Calderón, fui parte de su campaña. Él cuando gana me invita a participar en el equipo de transición, como parte del Gobierno electo. Entonces, tuve la suerte de que mi primer chamba en el sector público fue nada más y nada menos que en Los Pinos, pues me invitaron a formar parte del equipo que encabezaba Juan Camilo Mouriño, en la Oficina de la Presidencia.
En ese entonces yo me vinculo mucho con el panismo, con este grupo de jóvenes que estaban tomando un roll muy importante en la toma de decisiones del país y del nuevo Gobierno. Estuve dos años ahí y Juan Camilo, que en paz descanse, me invita a ser el candidato del PAN a la delegación Cuajimalpa. Tenía 27 años cuando me lo propuso, acepté el reto, al poco tiempo él fallece en el accidente que tuvo en el avión. Yo me seguí de lleno y gané la elección, ya con 28 años. Fui de los alcaldes más jóvenes de la Ciudad de México, con, creo, buenos resultados, también con aprendizajes.
El 24 de noviembre de 2011, Orvañanos pide licencia al cargo de delegado de Cuajimalpa, a fin de competir para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, algo que queda en simple aspiración, pues pierde ante el perredista Miguel ángel Mancera.
Los siguientes años los dedica a completar sus estudios con dos maestrías, una en Harvard y otra en Georgetown. Al término de sus estudios opta por regresar al país, esta vez a Cancún, donde dedica tiempo a su esposa e hijos, emprende negocios y termina de “consolidar su patrimonio”.
No había pasado mucho tiempo desde su regreso cuando fue invitado por el actual gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, a ser parte de la administración, en el Instituto para el Desarrollo y Financiamiento del Estado.
En 2018, compite por una diputación local, por el Distrito 7 de Cancún, y se queda a mil votos de ganar a su contrincante de Morena. En junio de 2020 regresa al Gobierno de Quintana Roo, primero como vocero del Plan Reactivemos Quintana Roo, luego como titular de la Coordinación General de Comunicación Social.
P: ¿Cómo concibes, cómo debe de ser la Comunicación Social de un gobierno?
R: Pues mira, hay una frase que dice: un Gobierno, un político que no comunica, simplemente no es Gobierno, lo que no se comunica como Gobierno, puede operar en contra del propio Gobierno o gobernante. Creo que este Gobierno tuvo una estrategia buena de comunicación, pero en estos dos meses hemos triplicado la imagen del gobernador y de lo que se ha hecho en estos años al frente de la administración.
Para mí la comunicación es facilitar y acercar a los medios y a la población lo que está haciendo el Gobierno, sin máscaras, sin maquillajes, sin intermediaciones, simplemente decir cuáles son los retos, complicaciones, logros, qué están haciendo los secretarios, los funcionarios. Es lo que me he dedicado a hacer: abrir los telones del Gobierno para que los medios de comunicación, pero también la población, puedan ver qué es lo que se está haciendo, sino que cuestionen.
#MiDestinoQRoo fue tendencia nacional.
Gracias por mostrar las bellezas de Quintana Roo. ¡Aún puedes participar y decir cuál es tu destino favorito! pic.twitter.com/INiY8ganzo— Carlos Orvañanos Rea (@carlosorvananos) September 29, 2020
Desde el primer día que llegué a la vocería, todas las semanas tenemos dos conferencias de prensa, los lunes y miércoles, donde me acompaña un secretario de estado para que nos platique qué se está haciendo, en qué se ha invertido, cuáles son los retos que enfrenta esa dependencia y luego se abre a sesión de preguntas y respuestas, sin restricciones. En suma: la comunicación debe ser un ejercicio transparente, de ida y vuelta, y que no solo sea unidireccional, sino que también los funcionarios escuchen lo que se les dice o cuestiona.
CON INFORMACIÓN DE RICARDO HERNáNDEZ