El retorno progresivo a la normalidad en Europa ha traído un aumento de los feminicidios, después de una engañosa calma durante los confinamientos obligados por la pandemia.
En una sucesión insoportable, las caras de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas han copado diarios e informativos televisivos en el continente:
Chahinez, quemada viva en Francia por su marido, las cinco mujeres asesinadas en Suecia en tres semanas, o las que lo fueron en España.
En los pocos países europeos donde hay estadísticas oficiales para el año 2021, o al menos recuentos hechos por asociaciones, las cifras son escalofriantes.
Europa pasa de pandemia a los feminicidios
En Bélgica se habían contabilizado 13 feminicidios a fines de abril, frente a los 24 ocurridos en todo 2020.
Han sido asesinadas en Francia 56 mujeres en lo que va de año, según el colectivo “Feminicidios a manos de parejas o ex parejas”.
Durante el mismo lapso en 2020 se habían producido 46 crímenes machistas.
En España, desde que se levantó el estado de emergencia sanitaria el 9 de mayo, una mujer es asesinada cada tres días por su pareja o ex pareja, frente a una media de un feminicidio por semana.
“Ante la mayor libertad de las mujeres, que para el machismo significa pérdida del control, los agresores reaccionan con una violencia más extrema”, explica a AFP Victoria Rosell, delegada del gobierno español contra la violencia de género.
En 2004, España fue el primer país europeo en adoptar una ley específica contra la violencia de género.
Los crímenes continúan sin embargo, aunque el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, dijo querer “acabar con esta lacra de una vez por todas”, a la vista del recrudecimiento reciente de feminicidios.
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Se disparan las llamadas pidiendo ayuda
En toda Europa, los confinamientos dictados contra la pandemia han hecho más difícil detectar la violencia doméstica.
Encerradas en casa, las víctimas se vieron obligadas a convivir con su agresor, lo que convertía en peligroso algo tan sencillo como llamar por teléfono para dar la voz de alarma.
En España, durante el confinamiento del año pasado, de mitad de marzo a mitad de junio, los pedidos de ayuda aumentaron un 58% respecto al mismo período de 2019.
Los pedidos por internet para informarse de cómo ser asistida se dispararon un 458%, solicitudes “silenciosas” como las califica el ministerio de Igualdad.
Una cifra que “nos indica la situación de esas mujeres que no podían realizar siquiera una llamada de teléfono en voz alta desde su domicilio”, apunta Victoria Rosell.
En Italia y Alemania se observaron en abril y mayo de 2020 aumentos muy marcados de llamadas a números de emergencia dedicados a la lucha contra la violencia de género.
Y en Reino Unido, la organización “Refuge”, que ayuda a las víctimas de violencia doméstica, recibió entre la primavera de 2020 y febrero de 2021 casi el doble de llamadas que en tiempos normales
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Pizza y mascarilla violeta
Para evitar la vigilancia del agresor en casa, en Italia la policía tuvo una idea brillante.
Las mujeres víctimas de violencia de género podían así llamar al número especial de emergencia y avisar con la fórmula codificada “me gustaría encargar una pizza margarita”.
En España podían pedir “una mascarilla violeta” en las farmacias.
Si bien las llamadas se multiplicaron, las denuncias, al igual que los asesinatos, bajaron durante el confinamiento de la primavera de 2020.
ángeles Carmona, presidenta del Observatorio Español contra la Violencia Doméstica y de Género, destacó esta situación.
En Francia, Italia o España el número de feminicidios bajó el año pasado, con 90, 67 y 45 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, respectivamente.
Confinamiento, aliado perfecto para la violencia
En Bélgica, la cifra se mantuvo en 24. Fenómeno que no es sorprendente, ya que el confinamiento es el “escenario idóneo para ejercer la violencia de control”.
Así lo explica ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la asociación feminista Themis, según la cual el recrudecimiento actual de los asesinatos era “previsible”.
Por lo general, el elemento que precipita el crimen es el anuncio de una separación, el divorcio o el inicio de una nueva relación amorosa.
“Una vez terminado el estado de alarma y una vez terminado el confinamiento, muchas de las víctimas toman conciencia y tienen las herramientas como para dejar la relación”.
“Y ahí el riesgo es mucho mayor, y vienen los casos de asesinatos”, expone Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en violencia de género.
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