Una fiesta clandestina con 400 asistentes llevada a cabo en un chalet de la región de París, y fue interrumpida por la policía, ya que infringía las reglas del confinamiento en vigor.
El incidente se tornó violento, debido a que algunos asistentes lanzaron botellas cuando eran desalojados y la Prefectura formalizó una denuncia por violencia contra los agentes. Sin embargo, durante el desalojo no hubo detenciones.
Además, se abrió una investigación para identificar a los organizadores y los propietarios del chalet, y como se demostró que uno de los participantes en la fiesta es positivo en COVID-19, pidieron que todos los asistentes se hagan una prueba y se pongan en cuarentena.
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Medidas estrictas
Desde inicios de mes, Francia está bajo un confinamiento estricto que debe durar al menos hasta el 1 de diciembre, y están cerrados por orden administrativa bares, cafés, restaurantes, comercios de bienes que no se consideran indispensables, gimnasios, cines, teatros o salas de espectáculos.
Por su parte, el primer ministro, Jean Castex, ya advirtió que esta Navidad no se podrán celebrar fiestas con un gran número de personas.
Con información de DW