La Comisión Nacional del Agua (Conagua) concluyó que el socavón que apareció en Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla no es resultado de la sobreexplotación del acuífero.
Al entregar al gobierno poblano de la opinión técnica sobre las condiciones geohidrológicas en la zona del hundimiento, la Conagua detalló que existen elementos para suponer que la formación de cavernas o dolinas, “obedece a un proceso natural de disolución de las rocas calcáreas, las cuales eventualmente pueden colapsar u obstruirse en forma natural y abrirse posteriormente”.
“No existe evidencia de abatimiento del acuífero; es decir, no existen elementos para establecer una relación causal del fenómeno de hundimiento a partir del proceso de variación de niveles del acuífero”, precisó en un comunicado.
La Conagua precisó que en el documento, elaborado por la Dirección General del Organismo de Cuenca Balsas, con el apoyo de la Gerencia de Aguas Subterráneas de la Subdirección General Técnica, se establece que “en la zona del socavón, el agua subterránea tiene mayor temperatura que en el resto del acuífero, lo que sugiere el ascenso de las aguas profundas hacia el acuífero superior”.
Puntualizó que según una verificación realizada en fechas recientes sobre los niveles piezométricos del acuífero en la zona del hundimiento de tierra, se mantienen estables, similares e inclusive en algunos casos por arriba a los reportados en estudios anteriores.
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Descartan sobreexplotación de suelo en zona de socavón
En cuanto a la disponibilidad del acuífero, se manifestó que el cuerpo de agua del Valle de Puebla cuenta aún con provisión, con lo que se concluye que “no se encuentra en condición de sobreexplotación y mucho menos que ésta pueda ser la causa del accidente geológico del socavón”.
La Conagua consideró que los estudios que realizan diferentes dependencias federales y estatales en el ámbito de su competencia, deben enfocarse principalmente en el análisis geológico y tectónico más profundo de la zona del hundimiento.
Ramón Espinasa, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, explicó que por la presencia de los volcanes Popocatépetl y el Iztaccíhuatl en las faldas de la sierra nevada se generaron flujos de ceniza y lodo que se acumularon en la zona donde se ubica el socavón.
En una charla sobre el tema, detalló que una erupción del Popocatépetl, hace más de 800 años, cubrió de cenizas toda la porción oriental del Iztaccíhuatl y las lluvias posteriores generaron lodo que bajaron por las barrancas y se alojaron en la planicie donde se encuentra el hundimiento de tierra.
Con información de Agencias