Todo comenzó con un archivo. Un nombre de usuario, una IP, una carpeta compartida. Así fue como una alerta silenciosa enviada desde una discreta oficina en Estados Unidos encendió la mecha de una investigación.
Todo comenzó con un archivo. Un nombre de usuario, una IP, una carpeta compartida. Así fue como una alerta silenciosa enviada desde una discreta oficina en Estados Unidos encendió la mecha de una investigación.