Un creyente se convenció a sí mismo de que Dios le regalaría un Lamborghini, con la condición de que mantuviera ayuno por 40 días y por 40 noches,
Un creyente se convenció a sí mismo de que Dios le regalaría un Lamborghini, con la condición de que mantuviera ayuno por 40 días y por 40 noches,