Una rutina con ejercicios físicos de manera regular, combinada con una dieta que incluya frutas, verduras y otros alimentos saludables, podría ser la clave para que los adultos de mediana edad alcancen una salud cardiometabólica óptima en el futuro.
Todo esto según una nueva investigación que utiliza datos del ÔÇÿEstudio del Corazón de FraminghamÔÇÖ publicada en el ÔÇÿJournal of the American Heart AssociationÔÇÖ. Revista de la Asociación Americana del Corazón, con sede en Dallas (Estados Unidos).
Uno de los factores de riesgo más importantes para la salud cardiovascular es el síndrome metabólico. Un conjunto de trastornos compuesto por el exceso de grasa alrededor de la cintura, la resistencia a la insulina y la hipertensión arterial. De hecho, la presencia del síndrome metabólico puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes de tipo 2.
Así, las autoridades sanitarias recomiendan que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana, como caminar o nadar.
Los investigadores desarrollaron la investigación durante años
En un análisis de los datos de los participantes en el Estudio del Corazón de Framingham, que comenzó hace más de 70 años en Framingham (Massachusetts, EEUU), los investigadores examinaron los datos de 2.379 adultos. Todos ellos mayores de 18 años y con riguroso cumplimiento de las dos directrices, tanto la física como la dietética.
Así, observaron que el cumplimiento de una combinación de las dos recomendaciones durante la mediana edad se asociaba con menores probabilidades de padecer síndrome metabólico. Además de evitar desarrollar afecciones graves a medida que los participantes envejecían en su tercera edad, tales como diabetes o hipertensión.
¿Cómo se llevó a cabo el proceso de investigación?
Los participantes en el estudio fueron seleccionados de la tercera generación del ÔÇÿEstudio del Corazón de FraminghamÔÇÖ. Estos, con una edad media de 47 años y con un porcentaje de mujeres del 54 por ciento, fueron examinados entre 2008 y 2011. Los investigadores evaluaron la actividad física mediante un dispositivo especializado conocido como acelerómetro omnidireccional.
El dispositivo, que hace un seguimiento del sedentarismo y la actividad física, se llevó en la cadera del participante durante ocho días. Los investigadores también recopilaron información dietética mediante cuestionarios de frecuencia de alimentos para medir los tipos y niveles de alimentos y nutrientes consumidos.
Así las cosas, los investigadores observaron que, entre todos los participantes, el 28 por ciento cumplía las recomendaciones tanto de las directrices de actividad física como de las dietéticas. Mientras que el 47 por ciento alcanzaba las recomendaciones en solo una de las directrices.