Milagro israelí; tragedia en el Reino Unido

Dos frases hacen la diferencia, una es: “Seremos el primer país en salir de la crisis del coronavirus. Ya vemos la luz al final del túnel”.

La otra: “Lamento profundamente todas las vidas que hemos perdido. Asumo la completa responsabilidad por todo”.

La primera fue expresada con una sonrisa en el rostro por Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, hace casi 15 días. La segunda salió este semana del rostro cabizbajo del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.

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La pandemia por el Covid-19 ha encumbrado y hundido a líderes del mundo de acuerdo
a su gestión o, si se quiere, a la percepción en
torno a su gestión.

Al país de Oriente Medio se le aplaude la rapidez y eficiencia para aplicar 4.2 millones de dosis entre sus 9 millones de habitantes; en tanto que al europeo se le reclama haber inyectado solo a 7.6 millones de sus 66 millones de ciudadanos.

El segundo ha inyectado más, pero en la tasa de personas inoculadas cada 100 individuos, Israel ocupa el primer lugar en el mundo (49.13), y Reino Unido el tercero (11.25).

Los casos y las víctimas también marcan la diferencia. Sobre el premier Johnson pesan 3.7
millones de contagios y 102 mil muertes (es el país más afectado de Europa); sobre su homólogo Netanyahu 621 mil casos y 4 mil decesos.

La carrera de vacunaciones masivas arrancó en el país de la Tierra Santa el 19
de diciembre, y ya alcanzó casi al 50 por ciento de su población. A diario se realizan
cerca de 200 mil inoculaciones. Destaca el convenio que firmó el Gobierno con
la farmacéutica Pfizer para administrar el medicamento a cambio de datos
sanitarios. Y es que tomando en cuenta que la sustancia de dicha firma es la primera en su tipo, a la compañía también le servía usar a Israel como un laboratorio para recopilar datos del funcionamiento de su biológico. Envió de primera instancia 10 millones de dosis al país, a donde llegaron otros 6 millones de Moderna, y una cantidad no definida de AstraZeneca.

La intención es, como lo anticipó Netanyahu, que para marzo, el territorio consiga la inmunidad de rebaño… y se lleven a cabo elecciones.

En Reino Unido, en tanto, las críticas vuelan sobre el premier que luchó por la separación
de la isla del bloque europeo. Ya sea porque lo sorprenden viajando en bicicleta lejos de su
residencia en plena cuarentena o porque las plantas de AstraZeneca sufren amenazas de
bomba, como sucedió ayer en Gales.

Científicos acusaron a Johnson de esperar demasiado para imponer la primera cuarentena. Además, la nación dio origen a una nueva variante del SARS-CoV-2 que tiene a casi 100 países en jaque.

Con información de agencias