El fin de semana debe sellarse la suerte del PAN.
Tres años más del mismo comportamiento.
Oposición sin fuerza.
Búsqueda del poder sin tomar la calle ni movilizar a la sociedad.
Sin capacidad siquiera para defender a los suyos.
Francisco García Cabeza de Vaca, Ricardo Anaya, Jorge Luis Lavalle y Francisco Domínguez son sólo unos cuantos ejemplos.
Acusado de estar ligado a lo peor de la derecha como Vox de Santiago Abascal sin saberse defender ante señalamientos de Palacio Nacional, de allá y acullá.
Su único argumento fue delegar el hecho a un acto personal liderado por su coordinador Julen Rementería y un grupo de senadores.
La dirección panista no aprovechó siquiera la luz dada por Ricardo Rubio, quien en la tribuna del Congreso de la Ciudad de México pidió a su partido confrontar.
Él sí lo hizo: habló de financiamiento extranjero -entre ellos del también estamento español Podemos- al gubernamental Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo cual contraviene la Constitución.
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ARREGLO CONSUMADO
Eso no cambia el destino del Partido Acción Nacional.
El próximo fin de semana el dirigente Marko Cortés deberá ser ungido como candidato único -de unidad, dirán los cronistas- a relevarse a sí mismo.
Tiene todo a favor, como hemos señalado aquí.
De inicio, el control de todos los órganos azules, una práctica venida desde los tiempos de Gustavo Madero -quien emigra en el Senado a un grupo independiente plural- y Ricardo Anaya.
En adición, Cortés ha sostenido negociaciones con los integrantes de esos cuerpos institucionales y también con grupos más o menos independientes.
Oficio político, dicen los partidarios del michoacano.
Lucha desigual, argumentan quienes en algún momento aspiraron a conducir al PAN: el queretano Francisco Domínguez, la tlaxcalteca Adriana Dávila y el tabasqueño Gerardo Priego.
Idos ellos, todo lo demás es pastel con cereza para Marko Cortés: en noviembre volverá a ser aclamado a mano alzada.
Sin votación, sin la democracia tradicional del principal partido opositor.
LA VOZ DE DOMÍNGUEZ
1.- Sirva la información anterior para reproducir a Francisco Domínguez:
“Seamos claros: lo que importa no es la renovación de la dirigencia nacional, sino la renovación del partido mismoÔǪ
“Hoy no podemos consentir que el partido transmute en un mecanismo autoritario y mucho menos conformarnos con la mediocridad.
“El PAN debe ser oposición, pero también opción para la gente; volver a brillar con luz propia, aspirar a más y actuar en grande.
“A todo el panismo nacional le digo: ¡sí hay de otra! La vía queretana probó que podemos ganar gracias al voto de confianza de la gente y no sólo mediante el voto de castigo contra otros”.
Y 2.- A muchos de Morena, y menos a la senadora Susana Harp, no gustó el exhorto presidencial en su pasada visita.
Les pidió esperar con una frase política:
“Primero los pobres, el proyecto del Corredor Transístmico y la eficiente aplicación de los programas federales”.
Por cierto, Harp fue la encargada de ejecutar esos beneficios y los resultados han sido muy magros, por decirlo eufemísticamente, sobre todo en materia de salud.