Como parte de las obras del Tren Maya, el año pasado se removieron al menos 22 mil árboles del camellón de la Carretera 307, a la altura de Playa del Carmen, para lo cual el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) invirtió 60.4 millones de pesos, todo lo cual fue en vano debido al reciente cambio de ruta.
El pasado miércoles, Javier May, nuevo director del Fonatur, anunció que las vías del Tren Maya ya no pasarán por el centro de Playa del Carmen, tal como lo habían exigido hoteleros de la región, por lo que se suspenderán definitivamente las obras que se llevaban a cabo en este punto.
Para evitar embotellamientos en el Tramo 5, lo cual impactaría al turismo, y apremiar las obras se decidió mover el trazo hacia las espaldas de los hoteles, del lado oeste de la Carretera, explicó May en conferencia de prensa desde Cancún.
Para el día del anuncio ya se habían extirpado 21 mil árboles, entre los que se encontraban ceibas, maculis, ciricotes, cedros, palmas, mismos que fueron reubicados entre Cancún y Playa del Carmen.
Otros mil más no pudieron movilizarse por tratarse de ejemplares enfermos o ser exóticos y fueron destinados a generar composta, explicó en su momento Pablo Rubio enlace ambiental del Fonatur en la zona norte de Quintana Roo.
Para dichas maniobras, el Fonatur adjudicó cuatro contratos para lo cual destinó 60.4 millones de pesos.
Dos de ellos entraron en vigor el 16 de diciembre de 2020 y fueron contratos entre entes públicos, con Fonatur Infraestructura, uno para la reubicación de los árboles, por 44.7 millones de pesos, y otro para el riego de los mismos, por 12 millones de pesos.
El tercero se adjudicó a Wanda Leonarda Flores Salgado, por un monto de 2.9 millones de pesos, para la supervisión integral de los trabajos de reubicación.El último,de 750 mil pesos, se adjudicó al Centro de Arboricultura y Restauración Ecológica, para la elaboración del Plan de manejo de los árboles y palmeras relocalizados.
Para Yadira Romero, consultora ambiental y ex presidente del Colegio de Biólogos de Quintana Roo, la remoción no atenta contra la diversidad biológica, en tanto que se trataba de ejemplares descuidados y en áreas no idóneas para prosperar.
"Primero te tengo que decir que cualquier árbol es valioso, por los años que tardan en crecer y porque es importante capturar la mayor cantidad de dióxido de carbono, pero esos camellones eran como jardineras, no eran realmente áreas donde un árbol pudiera la facilidad de ir creciendo hacia abajo, agarrar tierra y humedad, porque el fondo y los lados están compactados por las características de la carretera", opinó la bióloga.
"Ahí no hay condiciones para que puedan desarrollarse los árboles. Es una pena porque se pierde biomasa, pero es fácil volver a tenerla. Y no creo que sea un desacierto porque hayan atentado contra la diversidad, porque la mayoría de los ejemplares estaban en malas condiciones", añadió.
Tren Maya no cruzará zona urbana de Playa del Carmen
Sin embargo, reconoce que hubo una mala planeación y que tanto la remoción como el gasto fueron en vano.
"Más que un asunto de que removieron vegetación valiosa, porque no es; que quitaron muchísima biomasa, pues a lo mejor, pero esa biomasa es fácil sustituirla por las malas condiciones en que estaba; lo que sí creo que es un desacierto por la mala planeación, porque el dinero no sobra. Eso sí no hay duda", opinó Yadira Romero, consultora ambiental y ex presidente del Colegio de Biólogos de Quintana Roo.
"Y si el objetivo no se logró, qué pérdida de tiempo", añadió.
Con información de 24 Horas Nacional
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