El ocio mundial ha cambiado en la última década como consecuencia de la generalización del ámbito gaming en gran parte de los hogares del planeta. Tal es el enorme impacto económico que posee toda esta actividad que en 2020 alcanzó los 175.000 millones de dólares, lo que supone un 20% de crecimiento interanual.
Videojuegos y streaming van al futuro de la mano
Los juegos en la nube, por ejemplo, están en aumento. Según el informe Cloud Gaming and Interactive Streaming: Analysis and Forecasts de DFC Intelligence, el mercado de los juegos en la nube tendrá un valor aproximado de 13.500 millones de dólares en 2026. Jugar en la nube, superar la necesidad de tener un producto ¡físico! o instalar un juego en su disco duro abrirá nuevas posibilidades para que todos los gamers encuentren su opción predilecta.
En definitiva, aunque no sustituya por completo al resto de soportes, el cloud gaming se convertirá en una suerte de Netflix del videojuego, lo que nos llevará a superar el concepto de tener que tener una copia física. Las casas de videojuegos y las grandes empresas tecnológicas como Sony y Microsoft ya se están moviendo en esta dirección; en 2019 Google, con Stadia, también entró en este sector, y mientras tanto Netflix, el servicio de streaming más famoso, ha adquirido Next Games, uno de los creadores de contenido por excelencia. Al contemplar el enorme desarrollo de la tecnología en este campo, es lógico pensar que los juegos de mesa tradicionales son cosas del pesado, dejando una buena parte de su potencial mercado a lo videojuegos de última generación.
¿Saldrás de vacaciones? ¡Lleva tus videojuegos contigo!
Otra tecnología que cada vez estará más presente, y de alguna manera revolucionará el mundo de los videojuegos, es la Realidad Virtual. De hecho, a pesar de que se ha hablado de esta herramienta durante muchos años, incluso décadas, los precios que ciertamente no son bajos y los equipos voluminosos alejan la ¡VR! del alcance de la mayoría de las personas. Si por un lado la realidad virtual promete experiencias de videojuegos aún más inmersivas y emocionantes, por otro lado, corre el riesgo de ser una experiencia solitaria, en contraste con los juegos en línea cada vez más sociales. Solo el tiempo determinará por donde va el camino del gaming a nivel mundial.