Tras los incendios forestales, un ejército de recolectores de setas inunda los campos calcinados en busca de una particular joya gastronómica que solo crece en los campos que se han quemado. Se trata de la colmenilla de fuego, un tipo de seta muy apreciada por su sabor que suele ser bastante cara.
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La Morchella eximia, perteneciente al género de las colmenillas, crece abundantemente en estos paisajes lunares provocados por los incendios forestales. Con un sombrero estrecho y oblongo decorado con patrones en forma de panal, se han encontrado en todo tipo de hábitats.
Sin embargo, hay que tener cuidado ya que son tóxicas cuando están crudas, pero cocinadas tienen un sabor sutil a umami con una textura similar al huevo. Según los entendidos en gastronomía, está especialmente buena salteada con un poco de mantequilla, aunque también se puede dejar secar y machacar para hacer un polvo para añadirlo después a sopas o salsas.
El problema es que tienen un ciclo de vida peculiar, por lo que no han podido ser bien estudiadas, aunque los expertos sospechan que crecen en estos suelos calcinados ya que se quedan depositados micronutrientes con alto contenido en magnesio y potasio.