En Quintana Roo se deforesta, se desmonta manglar, se vierten aguas residuales, se edifica sobre áreas naturales o de importancia ambiental, sin que exista capacidad institucional de inspección o vigilancia que lo prevenga o sancione, de acuerdo con Rafael Robles de Benito, director del Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo (Ibanqroo).
“La debilidad institucional y ambiental en términos de vigilancia e inspección es catastrófica. Ya no hay inspectores de pesca, inspectores forestales, los inspectores ambientales son poquísimos”, lamentó en entrevista.
Como ejemplo pone a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instancia que cuenta con dos inspectores de vigilancia para toda la geografía estatal. “Profepa tiene una debilidad institucional pavorosa en el estado”, reprochó.
Otro de los problemas que visualiza el funcionario es que los inspectores no cuentan con “dientes” para actuar ante un incumplimiento de ley en materia ambiental. “Los inspectores ambientales que hay pueden hacer actas circunstanciadas, pero no pueden hacer actos de autoridad.
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Impera debilidad institucional para proteger áreas naturales
Necesitan estar acompañados por las fuerzas armadas o la fuerza pública, si no, no los pelan”, aseguró Robles.
Es necesario, comenta, reformas en la materia para robustecer las instituciones de vigilancia e inspección y también garantizar presupuesto para su operación.
El propio Ibanqroo ha interpuesto denuncias ante la Procuraduría de Protección al Ambiente de Quintana Roo y ante la Profepa, con nulos resultados.
Este diario dio a conocer que existe un asentamiento irregular en un Área Natural Protegida (ANP) estatal en el Sistema Lagunar Chacmochuch, donde se han establecido una treintena de familias de manera ilegal. Ahí donde había humedal ahora se ven pequeñas y precarias palapas, sin que hasta ahora exista una solución.
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