A pesar de la presencia de pintas y leves altercados con los numerosos miembros de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, la marcha por el 2 de octubre del 68 sucedió en paz y de manera ordenada.
Fue desde las once de la mañana que asistentes de todas las edades, acompañados con infantes y mascotas, acudieron a la Plaza de las Tres Culturas con el fin de marchar y conmemorar la masacre de Tlatelolco, convocados por el Comité 68.
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Con grandes lonas, carteles e indumentaria alusiva, los manifestantes, en su mayoría jóvenes estudiantes, partieron del lugar a mediodía, encabezados por los líderes del movimiento estudiantil, entonando consignas y clamando sus demandas, destacando su negativa a la militarización del país.
A lo largo de su ruta por Eje Central, numerosos miembros de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México esperaban en las calles aledañas, armados con escudos y cascos, aunque no intervinieron en la realización de pintas y pegado de carteles en paredes y otros espacios públicos por parte de los manifestantes.
El grupo de marchantes siguió su paso con un ritmo lento, pero constante, ordenado y bajo la custodia de su propia comisión de seguridad, la cual supervisaba que cada contingente permaneciera en su lugar. No obstante, los negocios de la vialidad se encontraban cerrados o vallados, como medida precautoria.
Después de una hora con 40 minutos, la vanguardia de la marcha por el 54 aniversario de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, arribó al Zócalo capitalino.
En la plancha del zócalo de la Ciudad de México, el Comité 68 Pro Libertades Democráticas y las organizaciones estudiantiles ejercieron un discurso donde llamaron a impedir la militarización.
Marisol, integrante del 68, destacó que se oponen a que el Ejército asuma tareas de seguridad pública e insistió que hay una simulación. También señaló que la FGR enrarece el caso del exprocurador, Jesús Murillo Karam.
“No le hacemos el juego a la derecha ni a nadie, el Ejército a cometido varias violaciones a los derechos humanos, la narrativa del pueblo uniformado es retrógrada… su posición monolítica no acepta mancha alguna contra cualquier evidencia”, expresó.