Chetumal, 5 de octubre. – Con bichectomías, estiramiento facial y liposucciones, con precios que van desde los tres mil a ocho mil pesos, es como se promociona por redes sociales una clínica clandestina que opera en Chetumal, sin personal acreditado o instalaciones salubres, una cama de masajes sirve de mesa de quirófano para quienes arriesgan la salud en pos de la imagen personal.
Se trata del médico cirujano Alejandro Echeverría González, egresado de la Universidad de La Salle, registrado bajo la cédula profesional 3728441 expedida en 2002, el cual no cuenta con estudios en la especialidad de cirugía plástica, estética o reparadora, ni cumple con la normativa de las autoridades de salud para operar un consultorio donde se hacen intervenciones quirúrgicas, es como se estableció en un domicilio de la residencial Chetumal, en las calles Chablé y Del Magisterio.
Desde una cama de masaje que sirve como su mesa de cirugías, con un buró como mesa auxiliar donde coloca anestésicos, pipetas, jeringas y demás herramientas, toallas sucias en el suelo que presenta restos de sangre, como si fuera una carnicería, y usando platos y ollas como recipientes para depositar el producto de sus intervenciones, que además tienen función de cenicero, es como opera Echeverría González con la promesa de mejorar la imagen física de quienes ponen en sus manos su bienestar.
“Te ofrezco el secreto de la juventud” o “luce tu figura con libertad” son las frases con las que promociona su método exclusivo para bajar de peso, a precios que van de hasta desde los tres mil a los ocho mil 400 pesos por cirugía, un cuarto de lo que valen estas intervenciones en una clínica legalmente registrada y que cumple con los estándares de salud.
Vecinos del lugar reclaman que, por falta de infraestructura quirúrgica del domicilio, los restos humanos como piel o grasa, además de desechos clínicos, van a parar al camión recolector de basura como desechos comunes, sin que se les dé el tratamiento adecuado como sería en un hospital, además de que estos pueden pasar hasta dos días en espera de ser recolectados.
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Cirujano opera en clínica “patito” en Chetumal
Pese a esto, la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios en la zona sur, que al momento de redactar se encuentra acéfala por el cambio de administración, no ha actuado en consecuencia al señalar, de acuerdo a fuentes internar que se requiere una denuncia formal, ya sea ente este órgano o ante la Fiscalía General del Estado (FGE).
Ante esta situación, el médico cirujano Félix Alberto Hernández Sainz, presidente del Colegio de Médicos de Quintana Roo A.C., explicó que no hay conocimiento de que exista un profesional acreditado en la capital del estado con los datos expuestos, o algún lugar que cuente con la infraestructura para estas prácticas.
“Para realizar estas intervenciones deben tener la autorización y los lineamientos que exige la Cofepris, y tener toda la estructura completa para realizar prácticas quirúrgicas, como un quirófano que cumpla todas las condiciones, y el ayuntamiento también debe dar su aval para operar un establecimiento de este tipo”, mencionó.
Advierte a la población que ponerse en manos de un profesional no acreditado en la especialidad en la que se promueva es una situación peligrosa, ya que este tipo de tratamientos no son económicos, pero los bajos precios y “facilidades” de pago, puede ser muy atractivo para un grupo de gente.
Los riesgos van desde infecciones que pueden ser fatales a deformaciones que tendrán un costo muy superior para corregir, y difícilmente se podrá borrar una mala intervención.
“El clandestinaje médico es una situación poco común en el sur, pero que se aprecia cada vez más en la zona norte”, comentó el cirujano.
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