Ucrania está lista para más ofensivas rusas hacia infraestructuras energéticas por lo que advirtió evacuaciones de la capital.
Entretanto, la OTAN señala que el presidente ruso Vladimir Putin, “intenta utilizar el invierno como arma de guerra”. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky advirtió que las tropas rusas “están preparando nuevos ataques y, mientras tengan misiles, no se detendrán”.

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El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, insistió en que el presidente ruso tenía la intención de usar la escarcha, la nieve y el hielo en su beneficio, no sólo en el campo de batalla, sino también contra los civiles ucranianos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Estonia se unió a sus homólogos de seis naciones bálticas y nórdicas, para prometer generadores eléctricos, ropa de abrigo y alimentos, con el objetivo de ayudar a los ucranianos a hacer frente a los meses más fríos del invierno.

“Rusia está atacando la seguridad energética civil, y es verdaderamente vergonzoso”, dijo en Kiev el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, aseveró que algunos de los 3 millones de habitantes de la ciudad podrían ser evacuados a un lugar donde los servicios esenciales serían menos propensos a los cierres causados por ataques con misiles.

Por su parte, Rusia negó que planee retirarse de la planta de energía nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, que ha ocupado desde los primeros días de la guerra.

Los comentarios de Peskov son en respuesta a las afirmaciones de Ucrania de que las fuerzas rusas estaban obligadas a retirarse de la planta cuando se enfrentaran a una contraofensiva ucraniana. La planta se cerró debido a los repetidos bombardeos, por los que Rusia y Ucrania se han echado la culpa.