El papa Francisco, que estuvo hospitalizado la semana anterior por una bronquitis, agradeció a los fieles las oraciones por su salud tras presidir la misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro.

“Les agradezco su participación y también sus oraciones, que se intensificaron durante estos últimos días. ¡Gracias, gracias de verdad!”, dijo a la multitud.

La salud del pontífice generó preocupación en todo el mundo después de presentar dificultades respiratorias. En su primera aparición pública para una ceremonia oficial, se veía pálido y durante su homilía su voz era algo ronca.

Francisco ingresó en el papamóvil a la inmensa explanada. Con rostro serio y con un abrigo blanco, saludó con la mano a las 60 mil personas que asistieron a la ceremonia, según cifras oficiales.

De pie en el obelisco central de la plaza el bendijo primero miles de ramos de olivo y palma, un rito para las creyentes en recuerdo de la entrada de Jesucristo a Jerusalén. Durante la homilía denunció la soledad de los enfermos, habló de las personas abandonadas.

Hay tantos cristianos abandonados, invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”, subrayó. Al término de la ceremonia, Francisco recorrió en papamóvil la plaza, esta vez sonriente, para saludar a los fieles.

El papa recibió el alta el sábado para poder presidir las ceremonias de la semana más significativa de la Iglesia católica, que conmemora la muerte y resurrección de Cristo según el relato de los Evangelios. Las celebraciones se prolongarán hasta el 9 de abril.

Papa Francisco preside misa del Domingo de Ramos tras hospitalización

Con la misa de este domingo se abre una agotadora semana, que incluye la “In Coena Domini” del Jueves Santo en la cárcel de menores de Casal del Marmo en Roma. El portavoz del papa, Matteo Bruni, adelantó que se celebrará de “forma privada”.

Cuando era arzobispo de Buenos Aires, solía visitar las cárceles el Jueves Santo y practicar allí el rito del lavatorio de pies a pobres, marginados y desamparados. Para el Vía Crucis nocturno del Viernes Santo en el Coliseo Romano, al que suelen asistir fieles y turistas de todo el mundo, aún no se conoce la agenda.

Si se confirma su evolución favorable, es probable que el Domingo de Pascua, con ocasión de la bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad y al mundo, el papa se asome desde la logia central de la basílica de San Pedro para leer el tradicional mensaje sobre los problemas del mundo.