Pero el proceso a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública con Felipe Calderón, puede tomar nuevos caminos.

Y como en todo juicio, hay dos partes.

De un lado los fiscales, quienes encabezados por el abogado Breon Peace tratan de obtener nuevas evidencias para presentarlas al juez Brian Cogan.

Del otro los defensores del exfuncionario, al frente de quienes está la firma de César de Castro, para desvanecer los cargos.

Pero hay una versión oculta cada día más fuerte: la tentación de reclasificar los delitos de los cuales se le acusa a García Luna por no poder demostrar sus nexos con el Cártel de Sinaloa.

Hasta ahora no hay evidencias y, aunque el jurado popular lo condenó por todos los cargos, los testimonios de los testigos parecieran no haber convencido al juez Cogan.

Esto podría propiciar una condena “benévola”.

Tal teoría se contrapone a la versión de descubrimientos en las computadoras del indiciado y otros elementos encontrados en sus oficinas y departamento tras su detención.

En cualquier forma, veremos elementos y comportamientos nuevos.

UN ARMA EN RIESGO

Cualquier giro tendría repercusiones en México.

La detención, encarcelamiento y proceso contra Genaro García Luna ha sido tema angular en el discurso presidencial para condenar el pasado y limpiar su presente.

Ayer, sin lógica a la vista, de nuevo aludió al exfuncionario para criticar la decisión de ¡ocho de los 11 ministros! para regresar a mando civil el control de la Guardia Nacional.

Nada qué ver una cosa con la otra:

“…los ministros de la Corte, con excepción de tres -los suyos: Arturo Zaldívar, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel- actúan al estilo del gobierno de Felipe Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, condenado en Estados Unidos por narcotráfico y asociación delictuosa”.

Esto no es verdad: García Luna no ha sido condenado; está en espera de su sentencia y la defensa ha logrado posponerla tres meses.

No quisieron cambiar el modelo de seguridad porque “así surgió García Luna, así se desempeñó como secretario, así manejaron a la Policía Federal, así se establecieron las relaciones de complicidad con la delincuencia organizada…”.

Todos estos argumentos presidenciales están en riesgo bajo la revisión del proceso en Nueva York.

LA PRIMERA PRUEBA

1.- Alejandra del Moral y Delfina Gómez, van al momento de la verdad.

A las ocho de la noche deberán mostrar sus virtudes, sus proyectos, su capacidad administrativa… y su capacidad para superar a la adversaria.

Es la esperanza de la priista, quien ve desesperación en el campamento morenista y en la Presidencia de la República, donde preparan las peores mañas de la política mexicana.

Difundió ayer:

“Tiemblan en Palacio Nacional ante el pésimo desempeño que prevén tenga su candidata en el debate; preparan las dádivas y pagos a firmas en diarios nacionales para simular que su candidata ganó”.

Esperemos las pruebas.

Y 2.- No le van bien las cosas a Ignacio Mier en Puebla.

Aspira a gobernar el estado y para promoverse ha tapizado ciudades con su fotografía.

Pero, ¡oh desgracia!, el municipio de Puebla le ha clausurado sus espectaculares porque no cuentan con los permisos correspondientes.