ADRIAN TREJO

No es una perogrullada afirmar que, desde hace años, Guerrero esta en guerra, pero está se ha magnificado desde que gobierna -es un decir- Evelyn Salgado Pineda.

La historia de cómo llegó a la gubernatura es de todos conocida; surgió como emergente luego de que el INE le negara el registro a su padre, Félix Salgado Macedonio, por no reportar sus gastos de campaña.

Ese fue el pretexto legal, aunque previo a la decisión del INE, Salgado Macedonio fue acusado de violación por al menos dos exempleadas sin que el caso avanzara más.

Sin experiencia para gobernar una entidad con la problemática de Guerrero, la hija del senador prometió pacificar la entidad, garantizar la seguridad de mujeres y niños, y todo lo que se dice antes de enfrentarse a la realidad.

Salgado Pineda está casada con Alfredo Alonso Bustamante, cuyo padre, Joaquín Alonso Piedra, fue acusado de ser operador financiero de la esposa del narcotraficante Héctor Beltrán Leyva.

Por ese motivo fue detenido en el 2016 por la División de Investigaciones de la Policía Federal que encabezaba Omar García Harfuch, pero fue liberado a los pocos meses.

La semana pasada, la alcaldesa de Chilpancingo, la capital del estado, Norma Otilia Hernández Martínez, fue evidenciada en un video sosteniendo una reunión con el jefe del grupo delincuencial “Los Ardillos’’, a quienes se responsabiliza de la ola de violencia que afecta a gran parte de la entidad.

Ayer, Chilpancingo fue una sucursal del infierno.

Sin seguridad pública, sin servicios, sin autoridades, presuntos pobladores inconformes con la detención de dos dirigentes transportistas hicieron lo que quisieron en la ciudad, como el hecho de robarle, si, robarle, un camión blindado a la Policía Estatal para derribar la puerta del Palacio de Gobierno.

El problema con el desgobierno en Guerrero, no solo en la capital del estado, es que ya ni la autoridad -es un decir- sabe si las protestas son reales, es decir, de pobladores legítimamente indignados, o si son enviados de los cárteles que han penetrado todo el tejido social.

¿Cuántos eran pobladores reclamando derechos y cuántos eran enviados de los grupos de la delincuencia organizada?

No se sabe, porque la sociedad guerrerense, al igual que algunos órdenes de gobierno, como han denunciado incluso los propios párrocos, han sido infiltrados o cooptados por los grupos criminales.

Lo peor para los guerrerenses es que esto no tiene para cuándo terminar.

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A propósito del tema, ayer anduvo por Acapulco Adán Augusto López Hernández, quien hasta hace unas semanas fue el encargado de la seguridad interior del país.

Peeero, cuando se le preguntó su opinión sobre la reunión de la presidenta municipal de Chilpancingo con un líder de narcos, se limitó a decir “prefiero no opinar’’.

La corcholata presidencial -no es peyorativo ¿eh?-, dijo que no había visto el video de la reunión de la funcionaria y que “no estaba enterado’’.

Bueno, eso explica muchas cosas.

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La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, se reunió con la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, para avanzar en el establecimiento de beneficios fiscales en la frontera sur.

Se trata de alcanzar un acuerdo, tentativamente denominado Frontera Libre del Sur, que proporcionará beneficios fiscales e incentivará la competencia económica en la región, con lo que se pretende llevar la justicia social a esta parte del país.

Como parte de este acuerdo, se trabaja para que el éxito turístico del norte se complemente con la riqueza cultural y la belleza natural del sur.

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