Fachada de las instalaciones de la Fiscalía General de Quintana Roo.
Abogado acusa a autoridades quintanarroenses de una mala aplicación de protocolos. Credit: Especial.

La aplicación inadecuada de los protocolos por parte de las autoridades quintanarroenses impidió el rescate de S.C.S., un niño de dos años de edad sustraído por su padre en el estado de Morelos el pasado 14 de diciembre, acusó el abogado de la abuela del menor, quien tiene la custodia del mismo y que viajó a la entidad cuando descubrieron que lo tenían escondido en la comunidad de Xul-Ha.

Desde hace cuatro meses, sus familiares viven con incertidumbre tras la sustracción del menor por parte de su padre, Rodrigo C., quien lo ocultó en el municipio de Othón P. Blanco.

Rubén Castillo, abogado de la familia, expresó su descontento con la parsimoniosa reacción de las autoridades del estado, especialmente la Policía de Quintana Roo y el Ministerio Público, ante una Alerta Amber activa.

“La reacción de las autoridades para actuar ante una Alerta Amber activa fue lenta”, criticó, el abogado y señaló la demora de más de dos horas del personal policial para llegar al sitio donde estaba retenido el menor.

Tras un esfuerzo propio de investigación a través de redes sociales y colaboración con locales lograron identificar el paradero del niño el pasado lunes 25 de marzo.

Sin embargo, señalaron que la lenta respuesta y la falta de acción inmediata de los agentes permitieron que el sustractor escapara nuevamente.

“Los familiares preocupados por la integridad del niño han empezado a hacer una búsqueda… y logramos identificar el domicilio donde se encontraba”, compartió el litigante.

Lentitud de autoridades

Las complicaciones continuaron durante las interacciones con la policía y la Fiscalía General del Estado (FGE), donde se encontraron con procesos burocráticos y falta de urgencia para atender el caso. 

“El primer policía que me atendió me tuvo ahí como media hora dándole datos para que al final me dijera: sabe qué, mi comandante dice que como yo soy nada más de Tránsito no puedo proceder”, relató el abogado.

La situación se agravó cuando, pese a la identificación del lugar donde estaba S.C.S. y la presencia del vehículo del imputado, las autoridades no actuaron con la diligencia requerida, perdiendo la oportunidad del rescate.

“Nos pusimos enfrente… para que no se escapara y los policías realmente no actuaron con los protocolos”, explicó Castillo.

El abogado lamentó la ineficacia en el proceso y reiteró que “se vieron muy lentos” y permitieron que el señalado huyera.

La pesadilla continuó al día siguiente, cuando en la FGE, la Ministerio Público que recibió el caso hizo todo lo posible para posponer su actuar, desde irse a comer, hasta hacerles esperar por horas.

“Le pedimos que nos atendiera y dijo que estaba muy ocupada, entonces le sugerimos que regresáramos al siguiente día y nos contestó que no trabajarían porque había puente. Esto no podía ser, por eso acudimos con la Vicefiscal para ser atendidos”, refirió.

La búsqueda sigue

A medida que los días pasan, la esperanza de encontrar al menor se ve empañada por la falta de pistas confiables sobre su ubicación.

La familia, junto con su abogado tuvieron que regresar al estado de Morelos sin éxito, pero exigen una búsqueda más diligente y efectiva.

Instan a las autoridades a priorizar la recuperación y seguridad del niño sobre los trámites burocráticos y las festividades.

El caso sigue abierto, con la familia y sus representantes legales en espera de una acción concreta que pueda llevar al reencuentro con S.C.S.

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