El mandatario estadounidense, Joe Biden, ordenó este martes nuevas restricciones a la entrada de migrantes con el fin de “asegurar” la frontera entre Estados Unidos y México, una medida drástica sobre un tema clave en las elecciones presidenciales de noviembre.
“He venido hoy aquí para hacer lo que los republicanos en el Congreso se niegan a hacer, tomar las medidas necesarias para asegurar nuestra frontera (…), arreglemos el problema y dejemos de pelearnos por él”, afirmó Biden en la Casa Blanca.
El presidente anunció más temprano el cierre temporal de la frontera con México cuando la cifra de entradas irregulares supere el umbral de 2.500 casos en un día.
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Plan de Biden facilitará las deportaciones a México
El líder demócrata, de 81 años, firmará un decreto que permitirá a las autoridades suspender la entrada de solicitantes de asilo y migrantes cuando se supere ese tope, informó la Casa Blanca. El texto también facilitará las deportaciones a México.
La Casa Blanca aseguró a través de su portavoz Andrew Bates que para el presidente “la seguridad de las familias estadounidenses debe ser siempre lo primero” y que la medida les impedirá recibir asilo a quienes cruzan la frontera sur ilegalmente.
Las autoridades señalaron que se espera que las restricciones entren en vigor de inmediato, pues los cruces de migrantes ilegales ya superan el umbral de los 2.500 por día.
Asimismo, el texto prevé que se reabra la frontera cuando la cantidad diaria de solicitantes de asilo sea inferior a 1.500 personas.
Los miles de migrantes varados en localidades fronterizas mexicanas poco conocen de esta medida, pero reiteran sus súplicas al gobierno estadounidense.
“Que le den una oportunidad a uno (…), uno tiene familia para mantener”, dijo a la AFP el hondureño Miguel Ángel Ramos en Ciudad Juárez, vecina de la estadounidense El Paso.
“Es su decisión (…), venimos sufriendo mucho”, comentó también el venezolano Erickson Quintero.
En un comunicado, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) se declaró “muy preocupada” por las nuevas restricciones, que a su juicio “menoscaban el derecho fundamental a solicitar asilo” e instó al gobierno Biden a “reconsiderar” la decisión.
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La mira en la reelección
Biden pretende desactivar los ataques republicanos y cortejar a los votantes indecisos preocupados por la situación migratoria en la frontera.
Pero su plan seguramente enojará a miembros y militantes del ala izquierda del Partido Demócrata y es casi seguro que será impugnado en la justicia por grupos de derechos civiles.
Más de 2.4 millones de migrantes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos solamente en 2023. La mayor parte proviene de Centroamérica y Venezuela huyendo de la pobreza, la violencia y los desastres naturales intensificados por el cambio climático.
La cifra alcanzó un récord de 10.000 personas por día en diciembre, si bien este número ha caído.
El gobierno de Biden ha tratado de frenar los cruces trabajando en coordinación con México y otros países para reducir los flujos migratorios mediante políticas económicas y aplicación de leyes más restrictivas, pero las encuestas revelan que para los votantes no es suficiente.
Biden habló este martes con su homólogo mexicano saliente, Andrés Manuel López Obrador, y le agradeció por ayudar a “gestionar la migración en nuestra frontera compartida”, dijo la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos había conversado un día antes con Claudia Sheinbaum, la primera mujer electa presidenta de México, para felicitarla por su contundente triunfo el domingo y prometerle una “asociación fuerte y colaborativa” en temas como la migración.