Los mamíferos voladores de Cozumel (murciélagos) se están valorando más allá de los mitos que los envuelven, destacando su importancia como polinizadores y diseminadores de semillas, cuya relevancia en el ecosistema se suma a la que los insectos y aves tienen para la continuidad de la vida.
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Murciélagos, mitos y leyendas
Noel Rivas Camo, coordinador de proyectos del Centro de Conservación y Educación Ambiental (CCEA) de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel (FPMC), explicó que se tiene una idea muy alejada de la realidad sobre los murciélagos.
Explicó que está basada en mitos y leyendas occidentales, sobre poderes sobrenaturales, que chupan sangre.
Además de otros detalles más que, al menos con las 20 especies que se registran en la isla, no se cumplen para nada.
Hasta hace poco más de cinco años, el estudio sobre estos mamíferos era reducido.
Gracias a los aportes del propio biólogo de la FPMC en colaboración con investigadores nacionales e internacionales es que se ha logrado enriquecer la base de datos.
“Para el mundo prehispánico, los murciélagos representan vida, fertilidad o el inframundo, por refugiarse en cuevas”, dijo.
Agregó que, sin embargo, “eran respetados por su beneficio para el crecimiento y desarrollo de la flora cozumeleña al transportar semillas y el polen”.
“Porque son frugívoros, es decir, se alimentan de frutas”, explicó el investigador.
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Especie “ojón peludo”
Hace poco más de un mes, según comentó, se publicó a nivel nacional un artículo en la revista mexicana de mastozoología “Therya Notes”, de una nueva especie.
Agregó que se da cuenta sobre el hallazgo de un murciélago de las islas Antillas -como Cuba-, de la especie “ojón peludo” (Chiroderma villosum).
Se presume llegó a la isla gracias a un huracán.
Su reducción de ejemplares en sus sitios de origen, lo convierte en una especie a cuidar en el ámbito local.
Rivas Camo señaló que la información sobre esta fauna voladora, debe ser difundida entre la comunidad, a fin de promover el cuidado de estos mamíferos.
Finalmente dijo que se debe vigilar y dar pauta a su cuidado ofreciendo espacios donde puedan alimentarse, como por ejemplo, la presencia de más árboles y plantas con flores.