El estreno en vivo para los buenos de Dolor Fantasma, ocurrió en el Patán de Huachinango esquina con Nader en abril de este año. En Cancún, la última ciudad de este país, ellos se juntaron para tocar post-punk, (para más aclaraciones, recomiendo irse una semana atrás).

La noche la abrió el diyei Juan Guerrero indicando cuál era el camino correcto con México Querétaro de la banda de Tepeji, Amparo Carmen Teresa Yolanda (ACTY), quienes a la sombra, sin pedir ser vistos siguen trabajando y están ahora mismo de estreno con el primer sencillo de un nuevo álbum. Pero volvamos a los debutantes y a aquella noche, que nos estamos desviando.

Recuerdo bien cómo ellos llenaban hieleras con cervezas para asegurarse de que los invitados no murieran deshidratados en una jornada que de por sí ya era calurosa y a la que los mosquitos llegaron para rematar. A base de radiolitos y repelente se les mantuvo a raya. Nada arruinaría la tocada.

Con gritos de “¡Dolor, dolor!” la dupla fantasmal saltó al escenario de la boutique pasadas las 9 y media, que a mi modo de ver es un buen momento para arrancar una presentación. Ni muy tarde ni muy temprano. De principio a fin interpretaron las cuatro rolas de su Ep debut, además de un cover bastante afortunado de “Los malaventurados no lloran”, de Pxndx (léase Panda). Me cae que no entiendo a las masas, perdón, mxsxs. Intercambiaron la voz principal y entre rola y rola se dieron el tiempo de explicar un poco del contexto en el que surgieron cada una de sus primeras composiciones.

“El cotorreo es conectar y encontrar arraigo como cancunenses”, dijo Erick. Amén.

Todos tenemos una dolencia, ¿cuál será la tuya? Me lo cuestioné entonces y siempre.

Ha pasado tanto tiempo y es inevitable preguntar la vigencia de un género tan sonado como éste. Hay quien podría pensar en alguien más y traer sus propios fantasmas a colación, aquellos que nos invitan a seguir inconformes y anhelar ver a otras bandas presentándose por estos lares o en Mérida por ejemplo, cosa que ya está sucediendo. La verdad es que para que eso ocurra, se tiene que apoyar la escena local. Eso, si la intención es que prevalezca la música interpretada en vivo, claro. Todos partimos de algún sitio, hasta los desarraigados o los intraterrenos.

Salto en el tiempo

Una semana después Dolor Fantasma se volvería a presentar en el antiguo emplazamiento de La Xtabay y poco después le abrirían el show a los archifamosos (por los aficionados del género): Soft Kill. Esa fue una tocada surreal, no creo que los de Chicago se imaginaran algún día interpretar sus oscuras canciones ante un público tan sudado como reducido. Y gratis.

De mis amigos en aquella ocasión no pude ver toda la presentación, y luego me ausenté de otra y quizá un par más de las que ni me enteré. Ya tienen nuevas rolas incluso, (y esas están más buenas, me dijeron por ahí).

El jueves pasado salí corriendo del trabajo y esta vez tampoco fue la buena. Platiqué con el conductor sobre Human Tetris y shegué a tiempo al Mora Mora para ver a Proyecto Águila, que son de acá aunque no lo parezca, y luego tocó el gran acto de la noche: Bestia Bebé, que sí que son de ashá y se apersonaron siendo viernes ya.

El humo negro llegó y detrás salió el luchador de Boedo cuyos puños ya no van a lastimar. No para de llover y la vida me eligió a mí para esta labor. No hay mucho más qué decir.

A la próxima le seguimos, ya me voy, no estoy, adiós miedo.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *