El vigésimo primer Encuentro Nacional de Vida Consagrada de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes se llevó a cabo con gran entusiasmo en Kantunilkín, cabecera del municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo.
Este evento reunió a personas de diversas regiones de México, brindándoles la oportunidad de conocer las tradiciones y costumbres que siguen vivas en esta comunidad maya.
Celebración cultural y espiritual en Kantunilkín
Durante cuatro días, los asistentes participaron en una serie de actividades organizadas en diferentes lugares emblemáticos, como la capilla, el santuario maya y espacios de encuentro para disfrutar de la gastronomía local.
El párroco Diego Pat Cahum destacó la diversidad de los asistentes y el ambiente de hermandad que se vivió durante el encuentro, resaltando el interés por preservar y compartir la riqueza cultural de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
TE PUEDE INTERESAR: Zonas arqueológicas en México: Baja el turismo nacional
Conferencia sobre el medio ambiente
El viernes, en la parroquia de la Inmaculada Concepción, se llevó a cabo una conferencia centrada en la Madre Tierra, donde se abordaron temas de actualidad como el cambio climático y las problemáticas ambientales que afectan al planeta.
Esta charla buscó concientizar a los asistentes sobre la responsabilidad compartida de proteger el entorno natural y los recursos que sostienen a la humanidad.
El sábado, la comunidad disfrutó de una noche cultural frente a la cancha ejidal, en la que participaron artistas locales, como el grupo musical Airy y el ballet folklórico Tumben Lol. Además, la Orquesta Jaranera de los Hermanos “Citul” de San Francisco animó la velada con una tradicional alborada, promoviendo la identidad y el folklore de la región.
Procesión y misa dominical
El domingo, el evento cerró con una procesión que partió desde la colonia Miguel Borge Martín y culminó con una misa presidida por monseñor Pedro Pablo Elizondo, obispo de la prelatura Cancún-Chetumal.
La ceremonia, celebrada en la iglesia de la Inmaculada Concepción, reflejó la devoción de la comunidad y su compromiso con las tradiciones religiosas.
Este Encuentro Nacional reafirma el valor de la diversidad cultural y la espiritualidad que enriquecen a México, al tiempo que fortalece los lazos de unidad y solidaridad entre sus comunidades indígenas y afrodescendientes.