Por mucho tiempo, la carretera 307 ha sido un tema de conversación recurrente en materia de movilidad en el Estado.
Desde su construcción, esta vía neurálgica ha estado marcada por accidentes trágicos y el desgaste provocado por el Tren Maya, sumado al nulo mantenimiento correctivo por administraciones federales de Gobiernos anteriores, entre muchos otros.
Durante años, ha provocado molestias en los viajeros, demoras hacia los aeropuertos, accidentes viales, y la falta de señalización adecuada.
Recordemos también el socavón registrado hace algunos años en el tramo Cancún-Playa del Carmen, que no sólo puso en peligro la integridad de quienes transitaban por esa zona, sino que también dejó al descubierto las deficiencias en el mantenimiento, donde las autoridades respondieron con una medida alterna.
En este contexto, el Gobierno estatal encabezado por la gobernadora Mara Lezama continúa con gestiones de proyectos de movilidad y está trabajando de manera coordinada con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) para buscar infraestructura vial moderna, segura y eficiente.
En su incansable afán por mejorar las condiciones de movilidad, ha metido el hombro en una serie de proyectos para que la carretera 307 no sea recordada únicamente por los accidentes y los socavones.
A través de reuniones con SICT, que comanda Jesús Antonio Esteva, el Gobierno ha puesto sobre la mesa soluciones que no sólo buscan reparar los daños, sino también modernizar y mejorar la movilidad. Algunas acciones ya son tangibles, pero vienen nuevos planteamientos interesantes para la 307.
En la actualidad, ya podemos ver el mantenimiento de la carretera 307, desde Chetumal hasta Cancún. Esta semana crucé el estado y observé varios frentes de trabajo. Además, se ha dado seguimiento a la atención del socavón en la parte de Cancún-Playa del Carmen.
¿Y qué podemos decir de los planes a futuro? Se tiene muy claro que la movilidad es una prioridad. Con la llegada del Tren Maya, el aeropuerto internacional de Tulum y el Parque del Jaguar, el reto es mejorar la infraestructura para que, no sólo los turistas, sino también los habitantes de Quintana Roo, puedan se puedan trasladar con eficiencia y seguridad.
Además, con el Mundial de Futbol 2026, es claro que el Gobierno de Quintana Roo tiene que apresurarse y poner en marcha estas obras con urgencia.
Otro proyecto que se ha presentado como una necesidad prioritaria, son los pasos a desnivel en el Puente Nichupté, en los entronques, principalmente el de la zona hotelera de Cancún. La idea es evitar que los conductores tengan que detenerse en semáforos en pleno cruce, lo que generaría tráfico vehicular.
Por supuesto que la idea tiene lógica, y lo mismo se pretende en la zona de Crococun, Bahía Petempich y el mismo bulevar Luis Donaldo Colosio. Si esto se concreta, podría mejorar de manera significativa el flujo de tráfico.
Otro de los retos es el proyecto de la carretera/corredor Cancún-Isla Blanca, que, según las últimas fuentes, se busca que sea hecho con concreto hidráulico. Eso, según los expertos, garantizaría una mayor durabilidad. Pero, claro, el proceso de negociación con la Federación no es sencillo y es ahí donde la mandataria estatal no quita el dedo del renglón.
Por si fuera poco, también plantea la reactivación del programa de carreteras alimentadoras, con proyectos que incluyen tramos tan vitales como el Kantunilkín-Chiquilá, Presumida-Puerto Arturo, y Bacalar-El Suspiro. Hay el interés de mantenerlos en condiciones óptimas.
La gobernadora Mara Lezama no se ha quedado esperando a que las cosas cambien solas, está gestionando, reuniéndose y trabajando para darle un giro a la movilidad en Quintana Roo. Y, aunque el camino sea largo, el rumbo es transformar un estado más conectado, seguro y accesible.