La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró la apertura de un camino rústico que conectaba Playa del Carmen con Tulum, en el estado de Quintana Roo, tras detectar la remoción de vegetación en un ecosistema de selva mediana subperennifolia, caracterizado por la presencia de palma chit (Thrinax radiata), una especie protegida en México.

El operativo se llevó a cabo luego de recibir denuncias ciudadanas sobre la afectación ambiental en la zona. Al realizar la inspección, se constató que los responsables de la obra no contaban con las autorizaciones ambientales correspondientes, lo cual representa una violación a la normatividad federal en materia ambiental y forestal.


¿Qué dice la ley sobre estos trabajos?

De acuerdo con la legislación ambiental mexicana, la remoción de vegetación en terrenos forestales o con ecosistemas naturales requiere una autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales, conforme al artículo 117 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable.

Además, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) establece en su artículo 28 que toda obra o actividad que pueda causar un impacto ambiental significativo debe contar con una autorización previa en materia de impacto ambiental, emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

No presentar estas autorizaciones puede derivar en sanciones, clausuras y la obligación de realizar medidas de restauración del ecosistema afectado.


La importancia de preservar la palma chit y la selva maya

La palma chit es una especie listada en la NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de “sujeta a protección especial”, debido a que su hábitat ha sido reducido por el desarrollo turístico y urbano en la región.

La selva mediana subperennifolia que se encuentra entre Playa del Carmen y Tulum forma parte del corredor biológico mesoamericano, hogar de especies emblemáticas como el jaguar, el mono araña y numerosas aves endémicas.

La apertura de caminos sin planificación ni estudios ambientales puede fragmentar estos hábitats y poner en riesgo su biodiversidad.


¿Qué sigue para los responsables de la obra?

Las personas o empresas que promovieron esta obra están obligadas a presentar su autorización de impacto ambiental y el cambio de uso de suelo en terrenos forestales, así como detener inmediatamente cualquier intervención en la zona hasta regularizar su situación ante la autoridad ambiental.

Profepa señaló que continuará con las inspecciones en la zona y exhortó a la ciudadanía a denunciar cualquier obra que cause afectaciones ambientales sin los permisos correspondientes.