“El sistema forense en Cancún está colapsado”: advierte experta del IPJ
El sistema forense de Cancún enfrenta una crisis profunda que afecta tanto la operación diaria como la formación de nuevos profesionales.
Así lo reconoció Dileri Olmedo, directora del Instituto Pericial Judicial (IPJ), al señalar que las necropsias se realizan todos los días, incluso en condiciones precarias, debido a la alta carga de trabajo.
“La cámara fría está abarrotada. Antes había que esperar hasta 15 días para una necropsia; ahora los cuerpos putrefactos se atienden a diario”, expresó Olmedo.
Formación forense, lejos del ideal y sin recursos
La realidad que enfrentan estudiantes de Derecho, Criminología y Criminalística está lejos de lo que esperaban.
Muchos ingresan a estas carreras con una visión inspirada en series como CSI, pero se encuentran con un panorama marcado por la falta de insumos, vehículos descompuestos y condiciones operativas adversas.
Los propios estudiantes deben costear materiales básicos para sus prácticas: plumas especiales, polvos reveladores, guantes y más. El equipo que se les proporciona se limita a lo mínimo indispensable, como guantes, cubrebocas y botas.

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Un problema estructural que impacta la justicia
Este colapso forense, según Olmedo, está estrechamente ligado al sistema penal vigente desde 2008 en México, que en Quintana Roo enfrenta graves desafíos.
La falta de coordinación institucional, recursos y personal capacitado ha contribuido a la saturación del Servicio Médico Forense (Semefo), que actualmente alberga alrededor de 700 cuerpos, muchos de ellos sin identificar desde hace años.
El titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Raciel López Salazar, ha reconocido públicamente esta situación desde 2022.
Caso emblemático: cuatro años sin identificar
Un ejemplo doloroso de esta crisis es el de Francisca Mariner Flores Patrón, desaparecida en 2020 y cuyo cuerpo fue encontrado semanas después. Sin embargo, estuvo más de cuatro años sin identificar en el Semefo.
Su madre, María Dolores Patrón Pat, fundó el colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, tras una incansable búsqueda marcada por omisiones y deficiencias institucionales.

Vocación que resiste, pero exige fortaleza
A pesar de este panorama, la vocación por las ciencias forenses se mantiene firme. La deserción escolar en estas carreras es menor al 5 %, pero se advierte que solo quienes cuentan con una fortaleza emocional, mental y física adecuada pueden continuar.
“Hay que capacitarlos desde una visión realista del trabajo forense, especialmente en una ciudad como Cancún, donde la criminalidad y la complejidad social exigen preparación de alto nivel”, concluyó Olmedo.
Formación con enfoque social: clave para el cambio
Desde una perspectiva de criminología crítica, Olmedo enfatiza que muchos de los problemas sociales y delictivos tienen origen en entornos familiares fracturados, como la violencia doméstica, adicciones o la falta de figuras parentales presentes.
Por eso hizo un llamado a reforzar la formación de los futuros peritos con valores, ética profesional y una conciencia social profunda.