El expresidente de México Ernesto Zedillo también tiene su “relanzamiento” a través de uno de los medios internacionales más conservadores El Mundo de España, en un tono más de propaganda que de análisis o debate.

Su tesis es la que ya ha planteado en otras entrevistas: ataque al “gobierno populista” que está “destruyendo la democracia”. El modelo económico neoliberal, que él llevó a sus extremos en México y que ha demostrado su fracaso en países ricos y pobres, no es abordado por el ahora empleado de la transnacional ferrocarrilera a la que él le vendió a precio de remate los Ferrocarriles Nacionales de México.

Bipartidismo fracasado

También fracasó --tampoco habla de ello--, su proyecto presidencial de imponer en México un modelo político bipartidista como el de Estados Unidos y de la mano de sus aliados estadunidenses. El plan era alternar y repartirse el poder entre el PRI y el PAN, a semejanza de los partidos Republicano y Demócrata de Estados Unidos, sin incluir a otras fuerzas.

El proyecto fue consensado y apoyado desde Estados Unidos, como lo expuso en sus memorias el entonces candidato presidencial del PRI en el año 2000, Francisco Labastida Ochoa. Todo iba bien hasta que se les apareció Andrés Manuel López Obrador y no pudieron volver a hacerle fraude como en 2006 y como se lo hicieron a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, el primer magni-fraude moderno con el que llegó a la presidencia Carlos Salinas de Gortari.

Ernesto Zedillo llegó a la presidencia en una campaña basada en el miedo, orquestada por Carlos Salinas, después del magnicidio de Luis Donaldo Colosio y el levantamiento zapatista en enero de 1994. Ese viejo sistema autoritario y lleno de corrupción lo llevó al poder y ahora Zedillo acusa de lo mismo al gobierno actual. 

En fin, el tema es que el expresidente 1994-2000, juega ahora un papel de lacayo en materia política, como durante su sexenio fue lacayo en materia económica, al consolidar el neoliberalismo salvaje y el desmantelamiento del Estado para entregar la conducción del país a las leyes del libre mercado.

Morena y lo peor del PRI

Hay una parte de la entrevista que debería llamar la atención, referente a que “Morena ha copiado lo peor del PRI; la corrupción guía su funcionamiento”.

Es una frase que ni siquiera es original de él, pero es una frase que se seguirá repitiendo y que podría tener resonancia con tanta basura política que ha subido Morena al tren de la 4T, proveniente, eso sí, de lo peor del PRI y que ahora ocupa posiciones relevantes de gobierno y legislativas, desplazando incluso al morenismo que sí comulga con los principios y valores del movimiento.

Ernesto Zedillo y los embates que se esperan conforme avanza el país hacia 2027, podrían caer en tierra fértil si no se detiene al interior de la 4T los casos de incongruencias entre el discurso y el pragmatismo que prevaleció hasta las elecciones de 2024, cuando triunfó la presidenta Claudia Sheinbaum y la 4T alcanzó la mayoría calificada (66%) en las cámaras de diputados y senadores, lo cual ha hecho posible las reformas constitucionales que ni Andrés Manuel López Obrador pudo hacer ante el bloqueo legislativo de la oposición del PRIAN.

PRI y PAN no son oposición

También tiene razón Zedillo cuando afirma que “Ni el PRI ni el PAN representan una verdadera oposición”. Sobre este tema ya hemos comentado en repetidas ocasiones en este espacio y lo seguiremos haciendo, por lo pronto, sólo consignamos esta frase de Zedillo, dicha más con desesperanza que como autocrítica. 

Es interesante escuchar o leer a Ernesto Zedillo Hablar de democracia o destrucción de la misma, cuando él fue presidente sin haber ganado ninguna elección antes. Zedillo, igual que De la Madrid y Salinas, los padres del neoliberalismo en México, nunca fueron ni regidores, ni diputados, ni senadores, ni presidentes municipales, ni gobernadores; sólo fueron presidentes de la república. Ni militaron en el PRI, incluso le tenían “asco”. Esa es la democracia que defiende el consejero de la ferrocarrilera estadunidense. Usted tiene la última palabra.