La condena a pena de muerte contra la ex primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, decretada este lunes reconfigura el panorama político del país a tres meses de las elecciones legislativas.
El veredicto, emitido por un tribunal de Daca, atribuye a Hasina la orden de reprimir los disturbios de 2024, hechos en los que murieron más de 1,400 personas según la ONU.
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Pena de muerte: un juicio que divide a Bangladés
El juez Golam Mortuza Mozumder afirmó que los elementos del caso constituyen crímenes contra la humanidad. Hasina, de 78 años, fue juzgada en ausencia tras huir a India en 2024.
El gobierno bangladesí exigió su extradición, así como la de su exministro del Interior, Asaduzzaman Khan Kamal, también condenado.
La ONU calificó el veredicto como un avance significativo para las víctimas, aunque reiteró su rechazo absoluto a cualquier forma de pena capital. India, por su parte, declaró únicamente haber “tomado nota” del fallo.
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Reacciones políticas y clima previo a elecciones
Hasina, quien gobernó durante 15 años, denunció motivaciones políticas y acusó al tribunal de carecer de legitimidad democrática.
El jefe del gobierno interino, el nobel Muhammad Yunus, calificó la decisión como “histórica”, mientras la capital permaneció bajo estrictos controles policiales ante la expectación nacional.
El país sigue atento al desarrollo diplomático entre Bangladés e India, así como al impacto político de esta sentencia sobre los próximos comicios.



