Cancún: más ingresos, mismos vacíos
El Cabildo de Benito Juárez aprobó un incremento del 8.08 por ciento en la Ley de Ingresos 2026, presentado por la alcaldesa Ana Paty Peralta como muestra de disciplina financiera y prosperidad compartida. Sin embargo, detrás de las cifras millonarias y los discursos de eficiencia recaudatoria, la realidad cancunense sigue marcada por inseguridad, servicios públicos deficientes y desigualdad urbana.
Presumir que Cancún es el séptimo municipio con mayor recaudación propia no significa que esos recursos se traduzcan en bienestar tangible para la gente.
La narrativa oficial habla de modernización, digitalización y videovigilancia, pero omite la precariedad en colonias populares, el caos vial y la falta de infraestructura básica.
Incrementar ingresos sin nuevos impuestos puede sonar responsable, pero en la práctica es solo más dinero administrado por un aparato que no ha demostrado resultados proporcionales. El verdadero reto no es recaudar más, sino gastar mejor. ¿Será?
Playas, libertad detenida en el Senado
La iniciativa que garantizaría el acceso libre y gratuito a todas las playas mexicanas lleva más de cinco semanas congelada en el Senado, pese a que la Cámara de Diputados ya la aprobó.
El retraso es un insulto a la ciudadanía y un regalo para hoteles y desarrolladores que siguen bloqueando entradas y cobrando ilegalmente. La pregunta es evidente: ¿qué intereses frenan una reforma tan sencilla y necesaria?
Mientras el Senado guarda silencio, en Quintana Roo continúan las denuncias por restricciones y abusos que convierten bienes nacionales en negocios privados.
La parálisis legislativa no es casualidad, es complicidad. La ley busca dejar claro que las playas son de todos, pero la inacción las mantiene secuestradas por particulares. El Congreso debe decidir si legisla para el pueblo o para los intereses económicos que lucran con el mar. ¿Será?
PAN, aislamiento disfrazado de relanzamiento
El anuncio del PAN en Quintana Roo de competir en solitario rumbo a 2027 refleja más desesperación que estrategia.
Reyna Tamayo insiste en que la ciudadanía lo ha pedido, pero la realidad es que Acción Nacional arrastra derrotas consecutivas y una bancada mínima en el Congreso local. Renunciar a alianzas no es un relanzamiento, es un aislamiento que reduce aún más sus posibilidades frente a un Morena consolidado y una oposición fragmentada.
La invitación a afiliarse vía aplicación y a postularse desde el ingreso suena más a improvisación que a proyecto político serio. Ni siquiera se atreven a dar nombres de aspirantes, lo que evidencia vacío de liderazgo.
Mientras tanto, presumen la participación de 40 jóvenes en una protesta, como si fuera capital político suficiente. El PAN se encierra en su propio discurso, incapaz de reconocer que sin alianzas su destino es la irrelevancia. La pregunta no es si puede ir solo, sino si sobrevivirá. ¿Será?

