Para las madres mexicanas no hay descanso, en ellas recaen las actividades domésticas y de cuidado propias del hogar, lo que las hace cumplir dobles y hasta triples jornadas, un trabajo que además de no ser remunerado no es reconocido como tal y tampoco es parejo.
Durante la conferencia “El impacto económico del trabajo doméstico” Edith Ortiz Romero, académica del Centro de Investigaciones y estudios de género de la UNAM, señaló que las mujeres que se dedican exclusivamente al hogar, invierten en promedio hasta 30 horas a la semana, mientras que los hombres en la misma situación, solo 11.
En tanto que las mujeres que trabajan al menos 40 horas remuneradas, regresan todavía a sus hogares para dedicar otras 25 horas al trabajo doméstico.
Aunado a esto, y de acuerdo con los datos presentados por la académica, las mujeres dedican a la semana un estimado de 9 horas más que los hombres a la preparación de alimentos y 6 a la limpieza del hogar.
Respecto al tema, la doctora Patricia Rodríguez León, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, puntualizó que 63% del trabajo no remunerado (el que realizan amas de casa) en el mundo, no es reconocido ni aceptado como tal, además de que en su mayoría es realizado únicamente por mujeres.
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Actividades domésticas: un trabajo invisible y sin equidad
Agregó que uno de los principales factores por el que este trabajo ha pasado desapercibido es debido a la manera en que la sociedad y las mismas mujeres han impuesto el estigma de que esta labor es inherente al género femenino una vez que se vuelven madres o esposas.
Lo que deja, dijo, poco espacio para el reconocimiento de una actividad que es esencial para el funcionamiento de la economía; específicamente en México, ya que si se remunerara la actividad de cuidado doméstico, esto representaría el 24.4% del Producto Interno Bruto del país, de acuerdo a datos del INEGI.
Ante esto, ambas ponentes coinciden en la importancia de que este 10 de mayo, más allá de realizar un festejo, se reflexione sobre la importancia de realizar estas actividades entre todos los miembros de la familia.
“Hay que quitar la connotación que tiene el 10 de mayo de celebrar que ella [la madre] hace todo el trabajo por el amor. Hay que reconocer el trabajo y quitarle esa carga, comenzar con la corresponsabilidad entre todos los integrantes del hogar, principalmente entre hombres y mujeres.”
La repartición equitativa de estas actividades no sólo tendría una repercusión positiva en la economía, sino también en la salud física y mental de una gran parte de la población, ya que de acuerdo a la especialista, el 88% de las amas de casa son madres.
Con información de Agencias