La política de “cero Covid” impuesta por las autoridades chinas en las ciudades donde se detectan potenciales focos de infección llegó esta semana a Beijing en su versión más restrictiva, como solo se ha visto en Shanghái. Hasta ahora, el nivel de contagios en el país es mínimo respecto al mundial, y aún así, las medidas del gobierno se recrudecen mientras la economía y el resto de sectores sufren en el encierro.
Encierro en China pega a ÔÇÿnueva normalidadÔÇÖ
China se enfrenta desde hace dos meses al peor brote epidémico desde inicios de 2020. Este lunes, millones de habitantes de Beijing trabajaron desde casa después de que se reforzaran las medidas anticovid, dando a la capital china de 22 millones de personas una imagen de ciudad fantasma. La cuidad reportó 49 contagios en 24 horas.
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La situación sanitaria en la capital es grave y complicada, según indicó un responsable de la ciudad, Xu Hejian, que instó a los habitantes a no partir de la capital salvo razón imperiosa.
Hace una semana comenzó para la ciudad más poblada del país un confinamiento parcial con restricciones para el desplazamiento de la gente y el cierre de lugares públicos como restaurantes, cafés y gimnasios.
Por otra parte, se exigirán test anticovid de menos de 48 horas para entrar en los lugares públicos, por ejemplo en los supermercados, así como en los edificios de oficinas.
En lo económico, los precios del petróleo bajaban lastrados por el temor de una desaceleración de la demanda china por el repunte de la epidemia. A la par, la cancelación de grandes citas internacionales aísla todavía más de la escena deportiva mundial a una China que prefiere permanecer cerrada.
El actual brote epidémico causó la muerte a más de 500 personas en Shanghái, según datos oficiales. En total, China ha registrado oficialmente unos 5 mil decesos debido al coronavirus.