El movimiento “Soy capaz de todo” ha conseguido insertar laboralmente a 20 personas con discapacidad en Cancún, de acuerdo con Erick Maffassanti, fundador de la iniciativa.
“Desde hace un año y medio hemos logrado colocar a 20 personas con discapacidad en varios centros de trabajo”, comenta el también empresario, quien es también una persona con discapacidad motriz.
La iniciativa pretende propugnar por los derechos laborales de este sector vulnerable de la población, de manera personalizada, pero también con incidencia en políticas públicas y gobierno.
En este breve tiempo en el que han trabajado, comenta Maffassanti, se han hecho de algunos aliados que han aceptado contratar personas con discapacidad, como lo marca la Ley.
“Buscamos impulsar la inclusión laboral de las personas con discapacidad. A la fecha tenemos de aliados a Fibra Uno, Kekén, Grupo Oxxo, que continuamente buscan personas con alguna discapacidad para emplearlos”, comenta Maffassanti.
Aunque cuentan con el apoyo de estas empresas, han batallado en los últimos tiempos por conseguir personas con discapacidad que se interesen por alguno de los puestos ofrecidos.
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Avanza la inclusión laboral
“Lo que ahora estamos padeciendo es de personas con discapacidad que cuenten con la capacitación o elementos para incluirlos laboralmente”, dijo el también empresario.
Con Bodega Aurrera, detalla, han tenido dos casos de éxito de inclusión laboral.
Actualmente, Maffassanti trabaja en una iniciativa de ley para crear una Dirección dentro de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo (Cdhqroo) con facultades para garantizar la inclusión laboral de personas con alguna discapacidad y de otros sectores vulnerables, como indígenas, afrodescendientes y otros.
Esta reforma también busca tender puentes con fundaciones para poder capacitar a las personas discapacitadas que busquen trabajo, a fin de empoderarlos y que puedan solicitar empleo ya con algunas bases mínimas requeridas para el puesto.
Otro reto es el transporte de estas personas hacia su lugar de trabajo.
“Es todo un reto, porque, aunque ya estén empleados, la ciudad no es accesible para ellos. El transporte no es inclusivo, las calles tampoco. Eso también es un asunto pendiente”, comentó.
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