Haciendo un recuento de los años que participé en el programa Todo para la mujer, vienen a mi mente innumerables recuerdos: conocí a gente valiosa, hice amigos y por qué no, uno que otro enemigo.
Finalmente, Maxine me despidió
Pero en mi corazón, se quedan los momentos bellos, porque mi gran pasión es trabajar para los medios de comunicación y haber estado durante tanto tiempo de manera ininterrumpida ha sido un privilegio, tuve la posibilidad de crecer, aprender y desarrollar mis habilidades.
Siempre tuve puesta la camiseta y fui compañera fiel de Maxine Woodside, aún cuando me llegaron otras propuestas y siempre respondí que era muy feliz donde estaba.
Quedo agradecida por la oportunidad y satisfecha de haber cumplido con mi deber.
Desde ayer, me dijeron: “simplemente adiós”, pero me voy con la cabeza en alto, teniendo claro que desafortunadamente a partir de febrero, me quedo sin ese trabajo que tanto amo, porque era parte de un proyecto de vida, pues fueron 32 años de esfuerzo, de logros y de aprendizaje. Mi desempeño siempre fue óptimo, además de estar en cabina durante dos horas, cumplí con las labores que me encomendaban, fueran entrevistas, viajes o acudir a eventos.
La radio me dio las herramientas necesarias para desenvolverme de manera favorable en este medio, pues nadie te paga, si no haces bien tu trabajo. El compromiso es de ambas partes y así todos ganan, porque si a un jefe le va bien, es porque tiene un buen equipo.
Lo único que le pedí a Maxine en la plática que sostuvimos ayer, es que me diera la oportunidad de sentarnos a platicar y llegar a un acuerdo, para recibir mi liquidación y confío en que así será. Los finales felices, siempre serán la mejor opción, pero nadie puede controlar lo que sucederá a futuro.
Sé que saldrán frases como “eres una malagradecida”, “muerdes la mano que te dio de comer”, “sólo quieres dinero” y, la peor que he oído, “te matamos el hambre”. Les confieso que sólo pido lo que por derecho me corresponde, cuando se termina una relación laboral.
Maxine negoció con Radio Fórmula su liquidación y por fortuna fue exitosa. Le dieron lo que es justo ni más, ni menos, por eso creo que entiende el tema y me sumo a lo que ella me dijo en varias ocasiones, “en el trabajo, nada es personal”.
Sé que también saldrán a desmentirme y surgirán miles de rumores, pero más claro ni el agua, era obvio que ya no me querían ahí y los hechos hablan más que mil palabras, la gente lo sabe y se dio cuenta: la relación está fracturada y por eso Maxine decidió despedirme y su última frase fue: “Que pena que esto termine así”.
Tengo un pendiente: ¿Por qué debe valer más la postura del jefe que la de un trabajador? ¿Por qué sólo se toma en cuenta lo que te pagaron y ellos no agradecen lo que hiciste? Sin trabajadores, no hay empresa.
Hay más… pero hasta ahí les cuento.