Un total de 85 denuncias de extorsión cibernética fueron recibidas la semana pasada por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Por su parte, la Condusef atendió a 82 personas en el 2023 por este delito, de las cuales el 60% fueron víctimas de fraude en aplicaciones de préstamos.
En su informe semanal, la SSC dio a conocer que del 8 al 14 de enero se recibieron las 85 denuncias en Quintana Roo por:
- Extorsión cibernética.
- Acoso.
- Amenazas.
- Delitos financieros.
- Suplantación de identidad.
- Fraude nigeriano.
Cabe mencionar que uno de los métodos que más se utiliza para extorsionar a los quintanarroenses es el de las aplicaciones no reconocidas legalmente.
Estas ofrecen préstamos rápidos y sin revisión del Buró de Crédito, pero para acceder a ellos es necesario proporcionar datos personales como:
- Nombre completo.
- Dirección.
- Foto de la credencial del INE.
- Foto del rostro.
- Datos de tarjeta de débito.
- Comprobante de domicilio (algunos).
Indefensas, víctimas de extorsión cibernética
Por su parte, la titular de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en Quintana Roo, Osmaida Santiago Leonel, comentó que normalmente son fraudes que se realizan en las redes sociales.
“Por medio de Instagram o Facebook ponen anuncios de que te ofrecen préstamos muy rápidos, muy sencillos, sin checar Buró de Crédito ni ningún otro dato de cuáles son tus ingresos ni nada y la gente cae”, dijo.
Aclaró que no se trata de instituciones financieras, sino personas que se ostentan como tales pero no están registradas a las instancias oficiales.
Además, ni la Consudef ni Profeco pueden apoyar a los ciudadanos que son víctima de estafas.
Solo les dan atención y recomiendan acudir a la Fiscalía General del Estado (FGE) para poner una denuncia.
“Lo que hace la Fiscalía a través de la Policía Cibernética es que cuando ustedes proporcionan los teléfonos de donde les llaman y las ligas de donde descargan las aplicaciones, bajan las app y analizan cómo y dónde operan”.
Osmaida Santiago Leonel
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El año pasado la Conducef atendió 82 personas que estuvieron relacionadas con este tipo de fraudes.
La mayoría de las víctimas, aproximadamente el 60%, se acercó después de haber sufrido el fraude.
El 40% restante acudió antes para verificar que la financiera estuviera dada de alta.
Para no caer en este tipo de fraudes, Osmaida Santiago Leonel dijo que es necesario revisar la página de la Condusef para verificar que la aplicación esté registrada como institución financiera, ya que muchas veces roban la identidad y cambian los logotipos.
Cómo operan
- El usuario instala una aplicación de préstamos rápidos.
- Debe otorgar permisos de ubicación.
- Registra su nombre, dirección teléfono y código postal.
- Piden que se tome una selfie.
- Ingresar fotografías de ambos lados de la credencial del INE.
- Solicitan la CURP.
- Se debe aceptar los términos y condiciones.
Cabe mencionar que en los términos para convenir se señala que la aplicación puede hacer uso de los datos del usuario, agenda de contactos y fotografías.
Una vez que se proporcionan los datos y se aceptan los términos, la aplicación proporciona un monto para préstamo.
Por ejemplo: 2 mil pesos, de los cuales depositan mil 200, la aplicación se queda con 800 y en siete días se deben devolver 2 mil pesos; es decir, que ellos ganan por dos mil pesos, mil 600 pesos.
Pero, en caso de no devolver el dinero el día y en la hora que se señala, comienza el acoso con audios en los que, con insultos, amenazan con publicar las fotos del usuario como un violador o defraudador y enviarla a sus contactos familiares, laborales y amigos.
No dejan de llamar por teléfono para seguir con las amenazas, hasta que se realiza el pago.
Aunque después de eso se pague el préstamo, el acoso no se detiene ya que un día después y a pesar de que se elimine la aplicación envían links para que se acepte otro monto de dinero.
De no hacerlo, los depositan a la cuenta del usuario y de no pagarlo o ignorarlo, comienza otra vez el proceso de difamación y amenazas.
En ocasiones ha habido personas a las que les han “montado” deudas al tener las fotos de su INE y sus datos, por lo que han optado por renovar su documentación, cancelar cuentas bancarias y cambiar números telefónicos ante la amenaza de los extorsionadores.