“Mi corazón dice, viva o muerta, pero la quiero recuperar”, estas son las palabras de Deysi Blanco Chi, madre de Fernanda Cayetana, desaparecida desde hace dos años. A pesar de que hay dos presuntos responsables, aún no se sabe de su paradero, por lo que la mujer exige respuestas y asegura que hasta el último día que Dios le permita vivir continuará hasta dar con su pequeña.
“Al empezar llevábamos una vida maravillosa con la familia, era de alegría, pero hace dos años, al desaparecer Fernanda, nos queda un vacío; estamos muertos en vida. Sí se aprende a vivir con el dolor día a día, el corazón lo tenemos destrozado; nos pueden ver reír y platicar, pero no saben que por dentro lo que vivimos es un luto y un dolor muy grande, porque no sabemos dónde está, qué le están haciendo y esa es la incertidumbre de no verla, ni sentirla, de ver ropas que nunca se puso, zapatos que no volverá a utilizar”, explica con la voz cortada y lágrimas contenidas quien ahora se ha convertido en madre buscadora.
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El dolor de una madre
A casi 730 días de que su mundo cambiara, se sigue preguntando por qué ella, por qué su hija, por qué no Deysi, que ya vivió, que ya tuvo experiencias, “pero una niña de 12 años que es inocente y no es culpable de nada, por qué tiene que venir una persona a arrebatarle su niñez”.
“Cuando nos levantamos, lo primero en lo que pensamos es si ya desayunó, si anda limpia, si la maltratan, dónde la tienen, y eso nos motiva a diario para pedir a gritos a las autoridades que la encuentren. Ya no busco culpables, sólo quiero que me la devuelvan”, dijo.
Asegura que para ella ya no hay paz, pero sobre todo las noches se le han vuelto tormentosas, por eso, prefiere aprovechar ese horario para revisar sus redes sociales, con la esperanza de encontrar un mensaje, una imagen o una pista que pudiera ayudarla a dar con el paradero de Fernanda Cayetana.
Sus otros tres hijos, los cuales ya son mayores de edad y están casados, se lamentan todos los días y se culpan por no haber protegido a su hermana lo suficiente, la vida no volvió a ser la misma tampoco para ellos.
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Los recuerdos de una madre
Todos la recuerdan como una niña buena y respetuosa tanto en la casa como en la escuela, y hablan de ella como si la tuvieran a su lado.
“Es reservada con sus amigos, no a cualquiera le confiesa sus cosas, pero también es una niña carismática que le gusta bailar y hacer chistes. Siempre se expresa de frente, con sinceridad, siempre dice lo que le gusta y lo que no le gusta. Para su edad, es una niña muy centrada que sabe expresarse perfectamente bien, piensa como adulta, y aún recuerdo cómo me aconsejaba como una persona madura”, dijo la madre.
“Para mí es una niña excelente, en la escuela ha sacado puros dieces, nunca tuve problemas de que me hablaran por su conducta, al contrario, siempre me mandaban felicitar por una hija excelente y nunca hubo problemas con compañero o con los maestros”, afirmó.
Con la voz quebrada, relata que aún voltea a ver sus uniformes escolares y más ahora que concluyó el ciclo escolar, y otro está por iniciar, “un ciclo al que no podrá inscribirse”, Blanco Chi respira hondo, se toma una pausa y continúa con su historia.
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Los hechos
El 18 de julio de 2022, empezó su infierno de la madre, recordó que estando en un supermercado, la esposa de Marco Antonio C. –mejor conocido como “El Taquero” ya señalado como uno de los implicados en la desaparición de Fernanda Cayetana- la saluda y le pregunta si sabe de alguna persona mayor o jovencita que les ayude a lavar trastes.
Su hija escuchó la conversación y le dijo que ella podría ayudarla. Una vez en casa, ubicada en la zona continental del municipio de Isla Mujeres, la niña empezó con la labor de convencimiento para obtener el permiso de sus padres, pues quería ganar dinero para comprarse un celular.
“Fernanda le dijo al papá, que no estuvo de acuerdo, él jamás le dio permiso, ella viene a rogarme, y una como mamá es muy diferente… si papá ya dijo que no es no, pero ella me dijo: sólo quiero comprarme un celular y saber cómo se gana el dinero para que pueda valorar más lo que ustedes me están dando”, recordó.
Explicó que al escuchar su respuesta tan centrada, madura, pero a la vez ver la cara de ternura ya casi súplica en sus ojos, no le quedó más remedio que aceptar la petición. La misma tarde del 18, la niña se presentó a la casa de “El Taquero” para decirles que ella los apoyaría. El 19 de julio le informó a su mamá que le iban a pagar 250 pesos por lavar los trastes y serían dos horas de trabajo. El 20 de julio la dejaron por primera vez sola realizando su labor.
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Días de angustia
El 21 de julio, “El Taquero”, su esposa y la hija de ellos pasaron en un taxi y le avisaron a Fernanda Cayetana que le dejaban la casa con el candado sobrepuesto, que entrara y lavara los trastes y se fueron en un taxi, con el número 1018.
“A la 1 llega mi hija la mayor, va a buscarla a casa del taquero, pero cuando llega la reja tiene candado, gritó y nadie salió, regresó y le dijo a su papá: la niña no está, la casa está cerrada. Mi esposo de subió al techo y nadie salió; a las 2 o 3 de la tarde me habla y me dice que no la halló”, recordó molesta.
Enseguida le marcó a la esposa de “El Taquero”, quien le aseguró desconocer lo sucedido, por lo que Blanco Chi pide permiso en su trabajo y se dirige a la casa en donde trabajaba Fernanda Cayetana, tampoco la encontró y volvió a llamar a la esposa, quien le pidió que rompiera el candado para revisar si la menor estaba dentro.
Grupo especializado
Sin embargo, la madre pensó que si rompía el candado la podían acusar de robo por lo que acudió con el Grupo Especializado en Atención a la Violencia Familiar y de Género (Geavig), y de nuevo se comunicó con la mujer para que diera permiso a la autoridad de romper el candado.
Una vez que ingresaron al inmueble y revisar, se confirmó que la niña sí había lavado los trastes y lo único que no le dio tiempo de lavar fue una olla, además recogió basura.
Aproximadamente a las 17:00 horas se puso la denuncia en la Fiscalía General del Estado (FGE), y a las 23:30 horas se realizó la diligencia en el domicilio, en la que permitieron que “El Taquero”, su esposa y el hermano de éste estuvieran adentro.
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Detalles a la FGE
Durante las siguientes diligencias, en días posteriores, sacaron una bolsa con evidencia, cuyo contenido no se ha dado a conocer hasta el momento, pero que Blanco Chi asegura es evidencia clave para dar con el paradero de su hija.
“Con familiares cuidamos las esquinas para que “El Taquero” no se escapara, pero las autoridades no hicieron nada, ya que sabían que se iba a ir… y lo logró, huyó”, relató.
Luego de escapar hasta el estado de Chiapas, “El Taquero” fue ubicado por medio de las amistades de Blanco Chi, y fotografías, ubicación y detalles fueron proporcionados a la FGE, que luego se lo adjudicaría como producto de trabajos de inteligencia.
Luego de la detención, tanto “El Taquero”, como su esposa, se han reservado el derecho de declarar y a pesar de que hubo careo con la madre de Fernanda Cayetana, estos no quisieron dar pista, datos o detalles de la niña que este sábado 21 de julio cumple dos años desaparecida.
“Yo lo único que quiero es que me devuelvan a mi hija, y si la mató que me diga a dónde la fue a tirar, no es un animal, es un ser humano al que le arrebató la vida o entregó a otra persona, es todo lo que quiero saber, no más”, finalizó.