El panismo, rotundamente derrotado el pasado 2 de junio, se queja recurrentemente de que México es un país sin contrapeso y que vamos a una dictadura.
En medio de una de sus más profundas crisis desde que nació en 1939, el Partido Acción Nacional (PAN) está en la recta final de su proceso de elección que culminará en la jornada del próximo domingo 10 de noviembre, pero también es una elección interna “sin contrapeso”.
A pesar de ser el dirigente más perdedor en la historia del PAN, Marko Cortés Mendoza se negó a renunciar a la presidencia de su partido como se lo exigía un amplio sector de la militancia y como corresponde a un sistema democrático.
De 12 a 4 estados gobernados
Marko Cortés recibió en 2018 al PAN con 12 estados: Baja California, Baja California Sur, Puebla, Chihuahua, Durango, Nayarit, Aguascalientes, Tamaulipas, Guanajuato, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán.
Después de la elección del 2 de junio, sólo mantiene el gobierno en cuatro entidades: Chihuahua, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro.
Romero y Dávila
Sólo dos figuras alzaron la mano para tomar las riendas de la que es, sin embargo, la fuerza opositora más votada del país: Jorge Romero Herrera y Adriana Dávila Fernández, ésta busca convertirse en la primera mujer en dirigir al panismo nacional.
Sin embargo, a menos de una semana de las elecciones, Adriana Dávila ha jugado un papel meramente testimonial y todo el aparato panista se ha volcado abiertamente a impulsar a Jorge Romero, en una competencia inequitativa.
Marko Cortés conduce al triunfo a su delfín con el control de los 300 consejeros y consejeras y los 32 comités panistas estatales, quienes vienen trabajando de manera abierta a favor de Romero Herrera, a pesar de su descrédito al ser parte del llamado “cártel inmobiliario” en la Ciudad de México, que tiene su epicentro en la alcaldía Benito Juárez.
Marko y Claudio
Con un partido secuestrado y entregado a Claudio X. González, aún así, Marko Cortés pretende convertir al PAN en la resistencia anti 4T, pero ellos mismos están conduciendo un proceso interno “sin contrapeso”. Ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.
El debate electoral
El pasado 30 de octubre, Romero y Dávila sostuvieron el único debate dentro del proceso y ahí la candidata admitió que “por supuesto que el PAN está en crisis”, mientras que él expuso que “al partido le urge una renovación”, aunque él mismo represente la continuidad del grupo de Cortés.
La también exsenadora Dávila señaló a Romero de pertenecer a “una élite” dentro del PAN, que reparte posiciones a “cuates” y sacó a relucir la entrega de espacios que deberían ser para panistas a la familia Yunes, que traicionó al PAN para apoyar a Morena en el Senado en la reforma al Poder Judicial.
Si el país avanza sin contrapeso, es precisamente por la falta de una oposición fuerte y un panismo secuestrado por una élite inmobiliaria que todo indica lo seguirá dirigiendo. Usted tiene la última palabra.