Sin sorpresas, con 52 votos contra seis de los consejeros y consejeras estatales, el panismo quintanarroense impuso a la diputada local Reyna Tamayo Carballo para otro periodo en la dirigencia estatal (2024-2027), haciendo a un lado, a la mala, al grupo que representa la opositora y exsenadora Susana Martínez Cárdenas, quien anunció que impugnará el proceso, con muy pocas probabilidades de éxito.

El panismo en Quintana Roo vive un debilitamiento igual o peor que a nivel nacional, después de la catástrofe que significó la renta de la franquicia a Carlos Joaquín González, quien con sus complejos de infancia, traicionó al PRD y al PAN. Ominoso sexenio con un grupo de panistas joaquinistas, encabezado por Lorenzo Martínez Arcila, que se sirvió con la cuchara grande y contribuyeron a la decadencia que ahora viven los azules caribeños.

La estrategia que viene desarrollando es de doble discurso. Mientras a nivel local Reyna Tamayo se entrega sin rubor al morenismo desde la XVIII Legislatura, en el Congreso de la Unión, lanzan ataques al Gobierno de la 4T caribeña, que tampoco canta mal las rancheras.

Más alarde mediático que acciones concretas, la senadora seguidora de Vox, Mayuli Martínez Simón, por ejemplo, se lanza con frases no faltas de razón, pero que carecen de congruencia y eso la sociedad lo percibe. Todavía en esta semana afirmó: “Es una puñalada traicionera”, el incremento del impuesto federal al turismo de cruceros, para pasar de poco más de 700 pesos a casi 900 pesos a nivel nacional.

En lo local, ni Reyna Tamayo ni el gris Ángel Álvarez Cervera, han alzado la voz en la XVIII Legislatura ante el despojo de otro impuesto local a turistas de cruceros, que es de un dólar por turista y que Sefiplan se lo quita a los municipios de Cozumel y Othón P. Blanco, pero además, Sefiplan lo incrementa a cinco dólares, es decir un incremento de 500 por ciento. 

Para Cozumel, este impuesto representa ingresos por 500 millones de pesos y según el paquete fiscal 2025, que aprobó el PAN en la XVIII Legislatura, Sefiplan devolverá apenas 97 millones a la isla y en especie, no en efectivo.

Este otro robo descarado de Sefiplan a municipios y el incremento desmesurado al impuesto a cruceristas, es matar la gallina de los huevos de oro, además del despojo de importantes recursos para Cozumel y Othón P. Blanco, pero el PAN en Quintana Roo, ni media palabra.

En cambio, con el impuesto a nivel nacional, Mayuli alza la voz, con tono estridente: “Es una puñalada traicionera”, pero hasta ahí. Al respecto, el flamante presidente de la Comisión de Turismo en el Senado, Eugenio “El Genio” Segura, propuso que se posponga y se aplique gradualmente, para quitar presión al tema de hincarle el diente al turismo, tanto a nivel federal como estatal. Pero del modelo turístico empobrecedor, pico cerrado.

Por su parte, el diputado federal panista, Enrique Sánchez Rodríguez, cercano al nuevo presidente del PAN nacional, Jorge Romero Herrera, pidió a Omar García Harfuch, implementar el operativo “enjambre” en Quintana Roo “para despejar dudas sobre nexos entre alcaldes y funcionarios con el crimen organizado”, y sabe de lo que habla, muy al tono del panismo del “cártel inmobiliario” que encabeza precisamente su jefe.

Así las cosas en el panismo de Quintana Roo, tan desdibujado, tan antidemocrático, pero si les sirve de consuelo, es el mal de todos los partidos políticos, incluyendo a los que hoy son aplanadora tipo el viejo PRI. Usted tiene la última palabra.

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