Hospiten, grupo hospitalario privado de carácter internacional, lidera una transformación en el tratamiento de hemorroides y fístulas anales mediante el uso de técnicas láser de última generación.

Esta apuesta médica representa una solución menos invasiva, más segura y con una recuperación considerablemente más rápida que los métodos tradicionales.

Según el Dr. Gianluca Cherubino, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Hospiten Sur, estos tratamientos ofrecen “beneficios significativos” al combinar tecnología avanzada con un enfoque centrado en el paciente. “Marcan un hito en el tratamiento de condiciones tan comunes como las hemorroides y las fístulas anales”, afirma.


¿Qué son las hemorroides y las fístulas anales?

Las hemorroides son dilataciones varicosas de las venas del canal anal que, en ocasiones, se exteriorizan y provocan síntomas como sangrado, molestias y dolor. Afectan con más frecuencia a las mujeres, especialmente durante el embarazo.

Por su parte, las fístulas anales consisten en una comunicación anormal entre el canal anal y la piel circundante. Estas lesiones provocan dolor, supuración y, en casos avanzados, infecciones o abscesos.

Imagen: Freepik.

Innovadoras técnicas láser utilizadas en Hospiten

1. Técnica HeLP (Hemorrhoid Laser Procedure)

Esta técnica utiliza un láser de alta precisión (980 nm) para cerrar las arterias que alimentan las hemorroides, lo que disminuye el flujo sanguíneo y reduce los síntomas de forma notable. Está especialmente recomendada para hemorroides de grado II y III, con excelentes resultados a largo plazo y un postoperatorio más cómodo para el paciente.

2. Hemorroidoplastia Láser (HPL)

La HPL permite tratar hemorroides de grado II, III y IV sin necesidad de cortes ni suturas. Este procedimiento coagula los vasos dilatados, facilitando su reabsorción natural y reduciendo al mínimo el dolor. El alta médica el mismo día del procedimiento es una de sus principales ventajas.

3. Fistula Laser Closure (FiLaC)

FiLaC es una técnica eficaz para el tratamiento de fístulas anales complejas (grados II a IV). Su gran ventaja es que preserva el esfínter anal, lo que reduce el riesgo de incontinencia, una complicación frecuente con métodos convencionales. Este enfoque mejora sustancialmente la calidad de vida del paciente.


Resultados prometedores y recuperación acelerada

Los procedimientos realizados hasta la fecha han mostrado resultados muy positivos, incluso antes de los seis meses de observación estándar. “Ya a los cuatro meses vemos mejoras notables, lo que refuerza la eficacia y confiabilidad de estas técnicas”, destaca el Dr. Cherubino.

Además, resalta el compromiso de Hospiten con la atención médica individualizada basada en evidencia científica: “Estos tratamientos ofrecen una solución definitiva, segura y respetuosa con la anatomía del paciente”.


Una nueva era para la proctología

La implementación de estas técnicas mínimamente invasivas representa un gran avance en la medicina proctológica.

Hospiten reafirma su compromiso con la innovación tecnológica y la excelencia asistencial, ofreciendo a sus pacientes tratamientos eficaces con menos molestias y una mejor recuperación.

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