A pesar de la justificada mala reputación que acompaña a la gran mayoría de los alimentos procesados, los nutricionistas e investigadores en alimentación sostienen que no todos son tan malos. Muchos de ellos se pueden consumir sin problemas y resultarán beneficiosos para la salud y otros se deben ingerir con moderación.

No todos los alimentos procesados son iguales

¿Existen alimentos procesados saludables? Cuando se habla de alimentos procesados el espectro que abarca este concepto es muy amplio, ya que implica desde un tratamiento mínimo (como lavado o rebanado) hasta los llamados superprocesados. Para saber cuáles son saludables hay algunas pautas que pueden ayudar al cliente a elegir lo correcto.

Existe una amplia gama de técnicas de procesamiento básico que se aplican a los alimentos: congelado, enlatado, deshidratado, liofilizado, horneado, frito, cocido al vapor, etc.  Para saber cuáles de los productos finales son más saludables hay que ir a la etiqueta y verificar los contenidos de ciertos elementos. Todos los que contienen elementos artificiales se deben evitar.

La sal se emplea como conservante, pero a la hora de seguir una dieta sana, la presencia de este elemento puede ser contraproducente, así que si los contenidos de sal son muy altos es mejor evitarla. Lea las etiquetas y si entre los ingredientes hay: grasas trans, maltosa, dextrosa o aceite hidrogenado es importante saber que en realidad son azúcares y grasas no saludables.

 

¿Qué alimentos procesados son saludables?

¿Existen alimentos procesados saludables? Hay una amplia variedad de alimentos procesados que se pueden consumir dentro de una dieta saludable. Entre ellos destacan las verduras crudas en bolsas, los zumos naturales (sin azúcares ni conservantes de ningún tipo) las frutas listas para comer (solo se las lava, trocea y envasa) y las legumbres hervidas y envasadas (siempre que no contengan aditivos).

Yogur natural

Para obtener este producto el procesamiento es tan fácil como natural, puesto que se basa en mezclar la leche entera con ciertos fermentos, que producen una bebida rica en nutrientes, calcio, vitaminas y oligoelementos y que, además, resulta extremadamente beneficiosa para la salud del aparato digestivo y del sistema inmunológico.

Los yogures más sanos serán aquellos que no contengan azúcares de ningún tipo, cuyos niveles de grasa sean bajos y que incluyan “cultivos vivos”. En cuanto a los ingredientes extra, como frutas, cereales o avena es importante verificar que éstos sean naturales y no estén previamente procesados.

 

Salmón en lata

Aunque ha pasado por un proceso, si se lo enlata sin el agregado de elementos artificiales, tiene el mismo valor nutricional que el salmón fresco. Incluso uno de sus nutrientes estrella, el Omega 3, puede estar hasta más concentrado, gracias al empleo de su propio aceite como conservante al ser envasado.

Junto con la carne se encuentran pequeños huesecillos, que durante el proceso se ablandan, de manera que acaban siendo comestibles y son una excelente fuente de calcio. Además de ser nutritivo, el salmón enlatado resulta mucho más económico, tiene una vida útil mayor y se puede comer directamente, sin necesidad de cocción.

Verduras congeladas

Uno de los mitos de la cocina es que, lo congelado tiene un número menor de nutrientes que la misma variedad fresca. Y eso es verdad, si hay un procesamiento previo al congelado que desnaturalice al alimento o si no se lo congeló de manera adecuada. También es cierto que, si las verduras “frescas” pasan muchos días almacenadas en los depósitos pierden nutrientes.

Las verduras de hojas verdes son susceptibles a perder vitamina C y ácido fólico si no se consumen lo antes posible. En cambio, sí fueron lavadas, hervidas y congeladas de inmediato, conservarán todas las propiedades y nutrientes. Además de ahorrar agua al no tener que lavarlas y de que duran más, son un alimento muy versátil a la hora de guisarlas.

 

Fruta liofilizada

Los nutricionistas afirman que, la fruta liofilizada retiene casi la totalidad del valor nutritivo del producto fresco. además, tiene una vida útil muy extensa (por lo que ayuda en la reducción de los desperdicios alimentarios) y resultan una alternativa exquisita para llevar una vida saludable sin comida basura. Solo es importante asegurarse que el producto sea solo fruta, sin agregado de azúcares u otros aditivos.

Puré de tomate

Existen estudios que han demostrado que, el licopeno que contienen los tomates (el pigmento rojo característico que les da color) tiene una mayor biodisponibilidad en forma de puré, que en los tomates enteros crudos o apenas procesados. Es decir, que el cuerpo lo absorberá mejor y lo empleará de forma más eficiente, siempre que no contenga aditivos, conservantes, etc.